Hoy tengo para ustedes la «Missa Omnium Sanctorum, ZWV. 21», del compositor barroco checo Jan Dismas Zelenka, quien nació el 16 de octubre de 1679 en Lunovice, un pequeño pueblo al suroeste de Praga en la República Checa y murió en 1745.
Aunque no se conoce mucho de la infancia y juventud de este compositor, probablemente fue su padre, profesor y organista de esta ciudad, quien lo introdujo en el mundo de la música. Se cree que pudo haber recibido una educación musical en el colegio jesuita de Praga, llamado Clementinum. Se sabe también que estudió junto con Antonio Lotti Alessandro Scarlatti en Italia. En 1719 fijó su residencia definitiva en Dresde, donde fue nombrado en 1721 vicemaestro de capilla en la corte de Augusto II de Polonia, convirtiéndose en ayudante del gran compositor Johann David Heinichen. En 1729 recibió el cargo de director de música de la Iglesia. Permaneció en esta ciudad hasta su muerte, en 1745.
Zelenka compuso música instrumental y vocal, aunque la mayor parte de su obra está dedicada a la música religiosa. Su música es poco convencional y de gran originalidad. A pesar de ello y debido a que Zelenka era considerado un compositor demasiado conservador en su tiempo (al igual que Johann Sebastian Bach), la mayor parte de su obra quedó en el olvido después de su muerte, y no fue sino hasta finales del siglo XX cuando algunas de sus obras volvieron a interpretarse.
La mayor parte de su música religiosa fue escrita para la corte de Dresde, que se había convertido al catolicismo por cuestiones políticas. En ésta, el compositor une las técnicas de composición arcaicas, basadas sobre todo en un contrapunto muy estricto, con los elementos más modernos de su época, logrando así obras de gran expresividad. Se conocen de él cerca de 20 misas, fragmentos de misa, responsorios, 4 Requiems, 2 Magnificats, uno de ellos en re mayor, que Johann Sebastian Bach hizo copiar para su hijo Wilhelm Friedemann, numerosos salmos, responsorios a capella, elogiados por Telemann, y 3 oratorios: Gesù al Calvario, Il Serpente de bronzo e I penitente al Sepolcro.
El número de composiciones vocales profanas es muy reducido. Entre éstas destaca la ópera latina Sub olea pacis et palma virtutis. En su música instrumental introduce Zelenka elementos de la música popular checa. Entre sus obras instrumentales se encuentran: 6 sonatas de cámara, 5 capriccios para orquesta, una sinfonía, una suite-obertura, una obertura de programa, Hipochondria, y un concierto para orquesta en sol mayor.
Zelenka se muestra próximo a los grandes maestros del Barroco tardío. Su originalidad en la invención de temas, en las progresiones armónicas, en el uso constante de cromatismo y en la búsqueda de nuevas sonoridades, al igual que su escritura de gran virtuosismo, son muy apreciadas actualmente y lo acercan notablemente a Johann Sebastian Bach, quien lo consideraba un excelente compositor.
Unos cuantos años antes de morir, Zelenka se dedicó a componer un ciclo de media docena de misas de los cuales esta, «Missa Omnium Sanctorum, ZWV. 21» es la última. Es una obra de gran escala con movimientos para coro e instrumentos y algunas arias muy bien llevadas. Lamentablemente él nunca la escuchó en vida, pues se había decretado que las misas no podían durar más de 45 minutos. Es una fina pieza de música en una magnífica escala. Disfruten esta bellísima Missa (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, Agnus Dei):
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