Siempre habrá, en el catálogo de los compositors, algunos de ellos con los que en determinado momento nos topemos por primera vez. Esto me sucede ahora con Serguéi Mijáilovich Lyapunov, un compositor ruso que acabo de escuchar. Lyapunov nació en 30 de noviembre de 1859 en la Rusia de aquellos años y murió en París el 8 de noviembre de 1924. Fue compositor y pianista.
A los ocho años, tras la muerte de su padre, se trasladó junto con su madre y sus dos hermanos, Aleksandr y Borís, a Nizhni Nóvgorod. Allí fue a la escuela y también recibió clases en la nueva escuela de la Sociedad Musical Rusa. Por recomendación de Nikolái Rubinstein, el Director del Conservatorio de Moscú, ingresó en esta institución en 1878. Se graduó en 1883, atraído por los elementos nacionalistas en la música de la Nueva Escuela Rusa. Fue a San Petersburgo en 1885 para encontrar a Mili Balákirev, y se convirtió en el miembro más importante de su último grupo de amistades. Balákirev, tomó a Lyapunov bajo su protección y supervisó sus primeras composiciones meticulosamente. La influencia de Balákirev se convirtió así en la influencia dominante en su vida creativa
Sergey sucedió a Nikolái Rimski-Kórsakov como director asistente de música en la Capilla Imperial, y se convirtió en el director de la Escuela Libre de Música y, a continuación, en su presidente, además de ser nombrado profesor del Conservatorio de San Petersburgo en 1911. Después de la Revolución rusa, emigró a París en 1923 y dirigió una escuela de música para inmigrantes rusos, pero murió de un ataque al corazón al año siguiente. Lyapunov disfrutó de una exitosa carrera como pianista. Realizó varias giras por Europa occidental, incluyendo una por Alemania y Austria en 1910-1911. Desde 1904 también actuó como director de orquesta, siendo invitado a subir al podio en Berlín y Leipzig en 19074
Hoy comparto con ustedes su «Sexteto en Si bemol menor, Opus 63», que me parece, sencillamente... ¡fenomenal! Ya luego hablaré de sus sinfonías que, por lo poco que he escuchado, son sensacionales.
El «Sexteto en Si bemol menor, Opus 63» se compone de cuatro partes que cautivan el oído:
Allegro maestoso
Scherzo : Allegro vivace
Nocturne : Lento ma non troppo
Finale : Allegro risoluto
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