sábado, 31 de marzo de 2012

Cápsula Bíblica 411

El profeta "Daniel", también llamado Baltasar, se hizo famoso porque interpretó un sueño real y  porque a pesar de que enseguida el rey mandó a su corte a que se le tuviera una especial reverencia Daniel no se acomodó a las cosas del mundo renunciando a su fe, sino que se mantuvo firme no aceptando la idolatría. El rey mandó que fuera arrojado al foso de los leones y a un horno ardiente, pero en ambos casos Daniel salió ileso, a tal pento que el Rey reconoció la existencia de Dios cuando dijo: "Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y Abednegó.

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