La Madre María Inés, como afirmó el Papa Benedicto XVI en el
rezo del Ángelus del día siguiente a la beatificación, es una mujer de una vida
ejemplar que hace que al conocer su vida y su obra, uno se sienta invitado a
ser misionero como ella para conocer más a Dios y hacerle conocer y amar del
mundo entero con esa misma fórmula de sencillez y entrega que ella tuvo de vivir
siempre bajo la mirada amorosa y comprometedora de Santa María de Guadalupe.
Quiero dejar ahora, para esta semana, un libro que acaba de
ser presentado en una edición especial por la beatificación y que lleva por
título: “Hacer de la vida un himno”, una semblanza biográfica de la Madre y el
itinerario espiritual que fue siguiendo y que la llevó a los altares.
El libro está escrito por el destacado escritor y teólogo
español Juan Esquerda Bifet, quien comenta que a él, que conoció muy de cerca a
la Madre Inés, le quedó siempre la impresión de que era un alma que vivía
instalada en el corazón de Dios misericordioso y que, desde allí, miraba a
todas las personas y a todas las cosas y acontecimientos, con respeto,
gratitud, admiración y sin quedarse nunca en la superficie.
De una manera sencilla y profunda a la vez, como en todas su
obras, el padre Juan Esquerda nos va llevando de la mano de Madre Inés desde su
infancia en Ixtlán del Río Nayarit, en donde nació, hasta sus últimos momentos
en “La Casita”, como llamaba a la casa general de las Misioneras Clarisas en
donde regresó a la Casa Paterna luego haber vivido como misionera sin fronteras
una vida que se fue gastando y desgastando en la misión con el anhelo de que
todos conocieran y amara a Dios y a Santa María de Guadalupe.
Leer y meditar la vida de los santos de hoy, como es el caso
de la Madre Inés, es siempre motivante, sobre todo cuando a nuestro alrededor
vemos un mundo que se debate entre la guerra y bel anhelo de paz.
Si esta mujer sencilla y humilde, impulsada por el “Urge que
Cristo Reine” de la Primera Carta a los Corintios (1 Cor 15,25), se comprometió
a ejercer la caridad misionera sin fronteras, ¿por qué nosotros no podemos
seguir su ejemplo saliendo de nosotros mismos para llevar el conocimiento de
Dios y su Madre Santísima al mundo entero?
La lectura del libro nos ayudará a ver que la Madre María
Inés, se ha colocado, como otro «Juan Dieguito» en el regazo de la Virgen
Morena del Tepeyac para mostrar el amor de su Hijo Jesús al mundo entero. ¡Beata
María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, ruega por nosotros!
Juan Esquerda Bifet,
"Hacer de la Vida un Himno"
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