Escuchar música de excelente factura es un privilegio que nos concede contar con grabaciones de calidad realizadas por ejecutantes virtuosos. Tal es el caso de “Brahms. 3 sonatas para violín y piano” (Quindecim Recordings, México, 2007), de la violinista Erika Dobosiewicz y el pianista Edward Wolanin.
Brahms ha sido considerado desde hace mucho tiempo como el más clásico de los compositores románticos, incluso en la época en que aún vivía el compositor alemán (Hamburgo, 1833-Viena 1897).
Compuestas en la etapa de madurez, y conocida la severa autocrítica de Brahms, se puede afirmar que estamos ante tres obras que reflejan cabalmente la maestría del compositor para crear atmósferas, para recrear sentimientos y emociones a través del diálogo y la simbiosis proteica entre el piano y el violín. Inevitable el lugar común: obras maestras.
Las sonatas del disco son las opus 78, 100 y 108; las dos primeras de tres movimientos y la tercera de cuatro. La 78, como las otras dos, es de una belleza formal intachable, nostálgica y quizás hasta algo plañidera. La 100, me parece, es más sosegada, tranquila, como si la pasión estuviera siempre contenida por la experiencia o sabiduría. La 108 está llena de matices y aires nostálgicos, como un canto a la vida, a la hermosura de las cosas que nos rodean y nos animan a vivir plenamente –el segundo movimiento, “Adagio”, me parece simplemente hermoso, pletórico–.
La violinista Erika Dobosiewicz, originaria de Varsovia (Polonia), nació en el seno de una familia con gran tradición musical. Se graduó con mención honorífica del Conservatorio de Música Federico Chopin en Varsovia y es Posgraduada del Conservatorio Real de Música en Gante, Bélgica. Desde temprana edad manifestó su talento y su actividad en el campo de la música de cámara obtuvo los más altos premios en concursos y festivales internacionales. La verdadera pasión por el violín impulsó su participación en el concurso para violín solo “Tadeusz Wronski” en Varsovia (1990) y las ediciones X y XI del Concurso Internacional “Henryk Szeryng” en Toluca, México (1992), en los cuales siempre ha sido galardonada con los más altos honores. Como solista y con grupos de cámara ha presentado conciertos en Europa, Japón, América del Sur y Canadá. Su actividad solista la ha desarrollado con las principales orquestas de su país natal, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín y la Orquesta Sinfónica de Oshawa-Durham, Canadá. Con el Cuarteto de Cuerdas “Gemmeus”, del cual es primer violín, se ha presentado en los Festivales Internacionales en los escenarios de la República Mexicana.
Edward Wolanin comenzó sus estudios de piano a los cinco años de edad. Comenzó a estudiar en la Academia de Música Fryderyk Chopin de Varsovia cuando tenía 15 años, siendo el estudiante más joven en la historia de la misma. Estudió con los maestros Jan Ekier, Bronisława Kawalla y Marchwiński, este último en su clase de Música de Cámara. Después de su graduación, continuó sus estudios con el profesor Jan Ekier como estudiante de postgrado. El repertorio de conciertos de Edward es amplísimo, abarcando todos los periodos históricos, desde Domenico Scarlatti hasta compositores contemporáneos -especialmente Romuald Twardowski-. Wolanin ha actuado como solista con numerosas orquestas como la Orquesta de la Radio Polaca, la Orquesta Filarmónica Nacional en Varsovia, Andrzej Avenna Mysiński, la Radio Polaca y la Orquesta Sinfónica Nacional en Katowice. Ha tocado con muchos grandes directores como Bogusław Madey, Maksymiuk Jerzy, Strugała Tadeusz, Ingenio Antoni, Tadeusz Wojciechowski y Pijarowski Marek.
Este disco fue grabado en octubre de 2003 en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes de la Ciudad de México, incluye un texto introductorio de Juan Arturo Brennan y semblanzas de los dos músicos en español e inglés.
Este disco simple y sencillamente es... ¡una delicia!
Una pequeña muestra:
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