martes, 3 de abril de 2012

Y todo por nuestra salvación...

"Estaba como manso cordero que sin saberlo era llevado  a degollar, pues habían tramado contra mi una conjura (diciendo): Destruyamos el árbol con su vigor y extirpémosle de la tierra de los vivos, y no se hará más memoria de su nombre" (Jer 11,19).

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