jueves, 10 de mayo de 2012

Cápsula Bíblica 451

Al leer la Sagrada Escritura nos damos cuenta de que algunas palabras allí contenidas, no requieren de comentario alguno, pues hablan por sí mismas. Son como gemas incrustadas en el gran libro de la vida. Depende de nosotros saborear la fuerza que irradian y su belleza sin par; depende de nosotros alimentarnos de palabras que ofrezcan nuevos colores a nuestra frágil vida.

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