En las literaturas nórdicas, la saga es un género equivalente a la epopeya de la Europa meridional y occidental. Pero las sagas suelen carecer de protagonista individual: el héroe en la saga es un colectivo, una familia, una tribu, un pueblo, una comunidad. Al narrar la historia de los creadores del Císter, Raymond utilizó aquel antiguo género literario, y, tomando de la vida real unos sucesos extraordinarios, les infundió un aliento poético y legendario del más alto valor emocional.
La intención del mencionado escritor, al componer la trilogía, fue divulgar la historia de los primeros cistercienses europeos del siglo XII, y la de los primeros Trapenses americanos en el siglo XIX. En las tres épocas de esta Saga de Citeaux, Raymond hizo con los fundadores del Císter en Europa y la Trapa en América, lo que hicieron con Mío Cid y los reyes de Inglaterra el juglar de Cardeña y Shakespeare: ponerlos de pie en sus sepulcros, inyectar sangre en sus venas petrificadas, encender soles y estrellas en sus ojos cerrados, dotarlos de aliento y voz para que, al moverse y hablar, jamás puedan separarse de nuestra memoria. Ya lo decía hace poco S.S. Benedicto XVI: «La Iglesia está viva y nosotros lo vemos».
Hoy, como en el siglo XII, el mundo a veces no comprende esta radicalidad en la vivencia de un cristianismo puro y valiente. Por ello surgen críticas, ataques, incomprensiones. Pero también hoy, como entonces, el arma principal de estos rebeldes será la caridad que traspasa fronteras. Y es que,
a pesar de todo, la verdadera rebeldía no brota de una libertad desenfrenada, como quiere hacer creer el mundo a los jóvenes de hoy, sino del amor apasionado a un Crucificado.
De la pluma del monje M Raymond han salido otros libros, igualmente edificantes: “La familia que alcanzó a Cristo”, “Incienso quemado”, “de Cawboy a Trapense”. Todos desde el espíritu Trapense. Merecen ser leidos. ¡Les aseguro que no quedaran defraudados!
Hoy, como en el siglo XII, el mundo a veces no comprende esta radicalidad en la vivencia de un cristianismo puro y valiente. Por ello surgen críticas, ataques, incomprensiones. Pero también hoy, como entonces, el arma principal de estos rebeldes será la caridad que traspasa fronteras. Y es que,
a pesar de todo, la verdadera rebeldía no brota de una libertad desenfrenada, como quiere hacer creer el mundo a los jóvenes de hoy, sino del amor apasionado a un Crucificado.
De la pluma del monje M Raymond han salido otros libros, igualmente edificantes: “La familia que alcanzó a Cristo”, “Incienso quemado”, “de Cawboy a Trapense”. Todos desde el espíritu Trapense. Merecen ser leidos. ¡Les aseguro que no quedaran defraudados!
El Fray M. Raymond realmente escribió cómo lo debió hacer, y hay una página llamada bloggdelibros.wordpress.com dónde puedes conseguir "La Saga de Citeaux", y entre otros libros que están muy buenos. Realmente se los recomiendo.
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