sábado, 16 de junio de 2012

Cápsula Bíblica 488

En nuestra búsqueda por escuchar la voz de Dios, ayudados por la lectura, meditación y estudio de su "Palabra", no podremos conseguir hacer nada, si comenzamos en el lugar equivocado. Nuestro deseo de escuchar su voz tiene que traducirse en un anhelo por adentrarse en las Sagradas Escrituras en el estudio constante y en la meditación fervorosa.

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