Según sus propias palabras, el autor (1802-1885) buscó escribir "combinando el drama con la epopeya, que sea pintoresca pero a la vez poética, real pero ideal, verdadera pero grandiosa". Victor Hugo aplica este ideario estético a rajatabla en sus dos más famosos creaciones: «Notre-Dame de París» y «LOS MISERABLES» . Al igual que en Notre-Dame de París, aquí los pobres vuelven a escena. Pero las "simpatías" por los pobres expresadas en la novela del desventurado Cuasimodo se transforman en una verdadera denuncia de las injusticias sociales personificadas en el derrotero de su protagonista, Jean Valjean. Los miserables es una novela grandiosa y desmesurada. Tanto en su extensión como en su lenguaje. Todo es "terrible", "monstruoso", "formidable" o "inmenso". En esa búsqueda por alcanzar la fluidez de la novela histórica, y el sortilegio mítico de la epopeya homérica, Victor Hugo construye una obra potente y perdurable en la que transmite valores fundamentales. Es . Al comenzar parece largo, pero luego se hace tan atrapante, que es imposible parar de leerlo
«LOS MISERABLES» de Hugo son los maltratados por la justicia, los que sufren presidio, persecución, extorsión, o son mordidos a dentelladas por la pobreza. El personaje central, Jean Valjean, es un presidiario que encuentra asilo en casa del obispo Myriel, un ser misericordioso que trabaja «en la extracción de la piedad» como un minero en las vetas de oro y le convierte en una persona honrada.
Valjean se ve obligado a cambiar varias veces de nombre, es apresado, se fuga y reaparece. Parece como si una fuerza providencial guiara sus encierros y resurrecciones para luchar contra esa cara del mal que conforman la miseria y la injusticia. Pero, ante todo, «LOS MISERABLES» se convierte en una magistral crónica de los avatares de Francia en la primera mitad del XIX, desde Waterloo hasta las barricadas de 1848. Víctor Hugo se demora en las descripciones, vuelca todo su talento en largas peroratas al servicio de la libertad y los derechos de los humildes. Valejean y todos personajes se te meten en la piel a uno durante mucho tiempo y, en el fondo, la historia se puede extrapolar a nuestra sociedad actual con todos los conflictos que vivimos.
Victor Hugo en esta novela ve en Dios la misericordia, en la ignorancia la bondad y en el pecado la posibilidad de redención. A pesar de la fascinación que ejercen las grandes batallas o la guillotina, el mayor espectáculo es «el del interior del alma». Por eso, Víctor Hugo se empeña en «escribir el poema de la conciencia humana» que sirva para entender los enmarañados datos de la historia convencional. La visión del concepto de un cambio radical y trascendental de un hombre es, a mi juicio, el regalo que esta joya de la literatura deja como legado a la humanidad. Un cambio de la vileza al humanismo, de la maldad a la bondad, de la miseria a la paz interior.
En fin, creo que todo lo que se pueda decir de «LOS MISERABLES» , sin duda, se quedará corto. Es una obra que todo el mundo debería leer una vez en su vida. Un libro increíble y de gran vigencia con una trama que a la vez es fantástica y visionaria. ¡Nadie se arrepentirá de iniciar su lectura!
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