jueves, 19 de septiembre de 2013

Cápsula Bíblica 947

Indudablemente que al leer la Biblia no debemos tratar de captar todo al pie de la letra. Cito el ejemplo del  maná y las codornices en el libro del Éxodo: Frente a las quejas de falta de alimentos, el relato alude a ciertas cosas de que dispusieron en su vagabundear por el desierto. Naturalmente que tenían otros recursos para su alimentación: los rebaños que llevaban consigo (12, 38), los frutos de los oasis (l5, 27), el grano de las plantaciones en asentamientos más prolongados (Lv 8, 26), etc.; pero se destaca el maná y las codornices como ayuda providencial. De ambos se habla en Ex 16, aunque, probablemente los dos fenómenos se produjeron en zonas y en estaciones del año distintas; incluso pueden proceder de tradiciones de grupos diversos. Se supone que el llamado «maná» corresponde a la secreción producida en el taraminto al ser picado por insectos. Y las bandadas de codornices podían abatirse exhaustas sobre la península del Sinaí en sus periódicos desplazamientos entre Europa y África para invernar y veranear.

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