domingo, 8 de septiembre de 2013

«CRIMEN Y CASTIGO»... Imprescindible obra de Dostoievski

Publicada por primera vez en 1866, por entregas, en un periódico ruso, «CRIMEN Y CASTIGO» es una de las novelas más influyentes e internacionales de la literatura rusa y una de las más grandes e imperecederas de la literatura universal. La influencia de Dostoievski es universal. Lectores, escritores y estudiosos, han sentido su enorme capacidad de narrar historias. Esta fue la primera de las grandes obras de Dostoievski que se hizo célebre en el extranjero. El retrato psicológico del protagonista, así como algunos de los diálogos entre personajes de «CRIMEN Y CASTIGO» están en la cima de la literatura universal. Este es el libro del que quiero hablar este domingo.

Ródion Raskólnikov, el protagonista, es un estudiante que vive en San Petersburgo y que apenas tiene para comer. Él elabora una filosofía de vida radical (raskolnik significa "cismático" en ruso) que le lleva a una determinación práctica: el hecho de asesinar a una vieja usurera —por considerarla un ser humano inútil para la sociedad, un piojo que sólo puede entorpecer a quienes la rodean—  para que él y su familia solucionen sus problemas económicos. Eso, el protagonista, lo considera no sólo como algo no reprobable, sino como algo que es moralmente recomendable, porqué así el mundo se convertirá en un lugar mejor. Sin embargo, en el momento de consumar el plan trazado, Raskólnikov se ve obligado a asesinar también a la hermana de la usurera Aliona Ivánovna, Lizaveta, ya que lo sorprende en el lugar del crimen y muy  pronto descubrirá, arrepentido, que la distancia existente entre plantear un proyecto y culminarlo es abismal, y las consecuencias que el acto puede acarrear son imprevisibles tanto en el mundo que le rodea como en el interior de su alma.

Fiódor Mijáilovich Dostoievski (Moscú, 1921 — San Petersburgo, 1881), además de ser, como he dicho, uno de los mayores exponentes de la literatura rusa, es uno de los escritores que más lejos ha llegado en el análisis psicológico de sus personajes. Al Papa Francisco le fascina leerlo, dice que es uno de sus maestros.

Fiódor creció entre pobres, pues su padre regenteaba un hospital de bajos recursos. Junto con su hermano Mijail se sumió en un mundo de lecturas, principalmente Pushkin. La primera novela de Dostoievski, titulada "Pobres gentes" (1844), fue acogida extraordinariamente bien por el público y la crítica, pero sus siguientes obras "El doble" (1846), "Noches blancas" (1848) y "Niétochka Nezvánova" (1849), a pesar de ser interesantes, e incluso mejores que su debut, no fueron tan bien acogidas por los contemporáneos del autor. En 1849, por formar parte del círculo intelectual de Mijaíl Petrachevski, fue detenido y sentenciado a una pena de prisión de cuatro años en Siberia y a la prestación de servicio militar durante cinco años más. Después de una década de no publicar prácticamente nada, Dostoievski volvió a escribir. Entre 1865 y 1868 escribió dos obras sublimes, esta de «CRIMEN Y CASTIGO» y "El idiota". Su tercer gran libro, "Los hermanos Karamázov", se publicó tan solo unos meses antes de su fallecimiento en 1881.

Al leer «CRIMEN Y CASTIGO» uno va descubriendo el producto de un genio cuyo mundo gira entre la muerte y la locura, porque Dostoievski era una persona que retornaba vivo de aquellos tenebrosos mundos (sus ataques) directamente para escribir historias que también puedan ser devoradas por la juventud del siglo XXI. Y también porque este hombre ha sido el escritor que ha compuesto los análisis psicológicos más audaces y las caracterizaciones psicológicas más gloriosas. Sólo él puede presentar a un juez de instrucción encargado de un caso de asesinato (Zamétov, cuya raíz en ruso significa «observar»), quien se hace amigo del asesino, cosa que siempre chocó en el mundo anglosajón. En un mundo dominado en la actualidad por tanto loco que quebranta la vida y los derechos humanos de millones de personas en nombre de la democracia, el genio de Dostoievski, imbuido por la fe, ciento cincuenta años atrás nos dice aquí, a través de su protagonista Raskólnikov: «Dios no permite semejantes horrores, pero permite otros. Tal vez no haya Dios». Este personaje, Raskólnikov (raskólnik en ruso significa apóstata), defiende que él no es un asesino por haber matado y robado a una vieja usurera. ¿Quién está más loco y es más asesino? ¿Él, que sólo quiere hacerse con tres mil rublos para labrarse un porvenir digno y huir del hambre que le consume, o el admirado Napoleón (un político brillantísimo) que no duda en acabar con tanta gente con tal de hacer avanzar a la Humanidad?

El tiempo de nuestro autor es una época dura, de juventudes rusas con hambre de cambiar las estructuras feudalistas, que mantenían a la inmensa mayoría de la población sumida en la miseria y la desesperación. El extremo realismo conseguido por Dostoievski en su descripción social, pero sobre todo interna, sino es que íntima de los personajes, sólo lo pudo reproducir luego de experimentar en carne propia la más radical pobreza.  El joven protagonista de la novela decide asesinar a la anciana usurera, no con el fin de robarle sino de disponer de su dinero para algo bueno, incluso haciendo a un lado su grave situación económica —lo que se refleja en el hecho de que regala a una familia desconocida todo su dinero para que entierren al padre, el oficial Marmeladov—, pero Raskolnikov, que se sentía un hombre “superior” que había vencido los sentimientos, se ve perseguido por su arrepentimiento, lo que le demuestra que no puede convertirse en un hombre superior y que por lo tanto pertenece al tipo de hombre que tanto desprecia. Raskolnikov se entrega a la autoridades aun cuando no existe ninguna prueba contra él y un inocente se ha declarado culpable, víctima de las presiones policiales. Es enviado a las cárceles en Siberia para cumplir su condena y Sonia (hija de Marmeladov) se va con él a acompañarlo al presidio, en donde Raskolnikov se da cuenta de que la ama y que quiere terminar su condena para vivir junto a ella. El autor, en toda la obra, deja ser a los personajes pues sabe que la credibilidad se logra con la honestidad.

La relación entre la culpa y el castigo y la idea de la fuerza redentora del sufrimiento humano, aparecen a lo largo de toda la obra, planteando con todo vigor el conflicto entre el bien y el mal, ese dualismo ético que es una constante en la obra de Dostoievski. Bajo el armazón naturalista de una novela de tesis, subyace en todo momento una alegoría metafísica y moral. El glorioso escritor ruso observa en esta obra que el castigo no intimida al criminal, pues éste de por sí pide ya moralmente un castigo. Entre la ingente obra del novelista ruso, es este libro, sin duda, el de mayor plenitud formal. Se puede conseguir en muy diversas ediciones.

La obra ha sido llevada al teatro y al cine y en muchísimas adaptaciones. Entre muchas otras películas, “Match Point” (2005) dirigida por Woody Allen, es la más reciente  realización cinematográfica que está basada en esta novela.



 

Fiódor Mijáilovich Dostoievski ,
"Crimen y Castigo",
Colección "Sepan Cuantos 108"
Ed. Porrúa,
México 2005
494 págs.

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