Indiscutiblemente la obra más popular de los oratorios de Händel después del "Mesías" es esta de «Judas Macabeo» y, ciertamente, gracias a su tema (amor a la patria, confianza en Dios, lucha por la libertad) y a la música misma me viene como anillo al dedo para este domingo 15 en el que los mexicanos pensamos mucho en nuestra patria y en la calidad del amor que le debemos tener.
Este Oratorio fue realizado en 1746 por Händel y tiene tres partes con 68 números: 1. Muerte de Matatías y ascenso de su hijo Judas. 2. Victoria parcial de los judíos y posterior contraataque de sus enemigos. 3. Victoria “definitiva”, aclamación del héroe y celebración de la paz.). El libreto de la obra es de Morell, está basado en los capítulos 2 al 8 del Primer Libro de los Macabeos, y tal vez el único incoveniente que presenta es que se repite el curso de los acontecimientos (lamento y desesperación, sublevación y victoria); pero Händel ha allanado ampliamente esta falta con su energía de construcción y desarrollo.
La idea del Oratorio es la liberación del pueblo judío por Judas Macabeo, ya que el pueblo, tras la muerte de Alejandro Magno, cayó bajo la dominación de Antíoco IV, rey de Siria y la familia de los Macabeos guió a los judíos en su lucha por la libertad. ¡Vale la pena escuchar esta obra y pensar en la paz, en la libertad, en la independencia y abviamente en especial en Siria!
La obra lleva al oyente al tiempo en que habiendo muerto Matías Macabeo (el Oratorio de Handel comienza con un canto fúnebre del coro), su hijo Simón, sumo sacerdote, proclama jefe a su hermano Judas Macabeo y ete vence a los opresores.
En la segunda parte del Oratorio, se celebra la victoria; durante los festejos, Judas recibe la noticia de que Antíoco había enviado un nuevo ejército para someter otra vez a Israel. El pueblo se atemoriza pero Judas les alienta. El sumo sacerdote Simón exhorta al pueblo para que abandone la idolatría, con lo que Dios le socorrerá.
La tercera parte comienza con la consagración de un nuevo altar en el templo. Un emisario lleva la noticia de que Judas Macabeo ha vencido a los enemigos y se acerca triunfal. El héroe es saludado por el coro: "¡Ved, viene coronado por la victoria!"; Händel ha tomado este coro mundialmente famoso, de su "Josué". Durante la fiesta triunfal, Eupolemos, enviado judío en Roma, ofrece la alianza de los romanos.
Entre los cantos de gracias sorprende de una manera especial el hermoso dúo para soprano y contralto "¡Oh Paz!". La obra concluye con una corta y sonora aleluya del coro.
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