jueves, 8 de mayo de 2014

Cápsula Bíblica 1176

El uso del perfume, en la Biblia, es siempre señal de alegría. En el culto del Antiguo Testamento, se quemaba incienso y perfumes: su olor agradable y el humo que subía al cielo representaban las oraciones que el sacerdote, en nombre de todo el pueblo, elevaba hasta Dios. Hoy el incienso sigue teniendo el mismo uso y se utiliza en diversas celebraciones de la Iglesia, con esa idea de que sea expresión de las oraciones que queremos que lleguen a Dios y del anhelo de ser el dulce olor de Cristo para todos.

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