Hace tiempo que no habla de música clásica mexicana, tal vez por no tener oportunidad de escucharla más seguido, como en la Patria. Ya sabemos que México cuenta con grandes compositores de los que he hablado y que son interpretados incluso por las grandes orquestas filarmónicas y sinfónicas importantes de todo el mundo. Con pena puedo decir que en los últimos años la interpretación se ha quedado para muchos en «Huapango» y «Sensamayá», dando algo de espacio a «Danzón No. 2».
Hoy quiero hablar del compositor, violinista y director yucateco Daniel Ayala Pérez, (Abalá, Yucatán 1906-1975) y en particular de su obra llamada «Tribu», misma que estrenó en el Palacio de Bellas Artes el 18 de octubre de 1935.
Por azares de la vida, muchos de nuestros grandes músicos mexicanos van quedando en el baúl de los recuerdos —y lo digo incluso por mí— y sus piezas se dejan de escuchar dando paso a nuevas composiciones. A veces nos deslumbran obras clásicas de compositores extranjeros y los nuestros continúan esperando turno.
Ayala tuvo inclinaciones hacia la música desde pequeño, inició sus estudios musicales en su pueblo natal a la edad de diez años, después de vencer la oposición de su padre. Continuó sus estudios en la escuela de música en la ciudad de Mérida, donde obtuvo un certificado de excelencia, al mismo tiempo que trabajaba como vendedor ambulante, repartidor de leche y limpiador de zapatos para sostener sus estudios.
En 1917 ingresó al Conservatorio Nacional, donde fue discípulo de Carlos Chávez, Silvestre Revueltas, Manuel M. Ponce, Candelario Huizar y Julián Carrillo entre otros.
Estudió violín con Revueltas y composición con Chávez, Ponce, Mendoza, Huízar y Carrillo de 1927 a 1932. En 1934 formó, junto con sus colegas compositores Salvador Contreras, Blas Galindo y José Pablo Moncayo, el famoso «Grupo de los Cuatro», de entre los cuales destacaron más Moncayo —por su fastuoso «Guapango»— y Galindo —por su colorido «Sones de Mariachi»—.
Aunque tiene varias obras muy hermosas, el trabajo más conocido de Daniel Ayala es esta obra que les invito a escuchar. La pieza adquirió fama gracias a una grabación hecha en 1956 por la Orquesta Sinfónica Nacional de México bajo la batuta de Luis Herrera de la Fuente y lleva por subtítulo: "En la llanura, La serpiente negra y Danza del fuego". No tengo más datos de esta pieza, pero les aseguro a mis 9 seguidores que les gustará.
La Orquesta Sinfónica Juvenil de Veracruz lleva su nombre. Aquí les dejo, en primero lugar la versión de «Tribu» con esta Orquesta "Daniel Ayala" dirigida por Moises Arango Ferrer y después los invito a escuchar la versión dirigida por Luis Herrera de la Fuente.
El «Lloriqueo» del bebé que se escucha entre la interpretación no forma parte de la obra, como tampoco es parte de mis Misas en Santa Martha el lloriqueo de los chiquillos de por acá, pero son parte de nuestra vida y el futuro de nuestro ser y quehacer... ¡Qué le hacemos!
Muy interesante obra y todo lo que comentas sobre este compositor muy poco conocido incluso en México. Gracias!
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