sábado, 6 de junio de 2015

Cápsula Bíblica 1569

Cuando uno lee los primeros capítulos del Génesis en la Biblia, pueden plantearse innumerables cuestiones: ¿Qué duración tenían los días de la semana en que Dios creó el mundo? ¿Tan pequeña era la primera mujer que Dios no necesitó para hacerla nada más que una costilla de Adán? ¿Por qué vivían los patriarcas antediluvianos tantos cientos de años? Y, según se sigue la lectura, surgen muchas más cuestiones por el estilo: ¿Por qué los Patriarcas tenían varias esposas? ¿Cómo puede agradar a Dios el que se pase a cuchillo a toda la población de las ciudades conquistadas por los israelitas? Hay que decir, en primer lugar, que no todos los episodios que narra la Biblia son moralmente buenos y ejemplares; a veces son radicalmente malos, y sólo en sentido contrario destilan una enseñanza positiva: la desobediencia de Adán y Eva, el crimen de Caín, la torpeza de Onán o el desliz de David son ejemplos ilustrativos, entre muchos otros. La Sagrada Escritura los recoge para mostrar la fidelidad de Dios a su apuesta redentora en favor de los hombres, a pesar de la maldad y de los pecados de éstos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario