viernes, 24 de junio de 2016

Cápsula Bíblica 1951

La Biblia nos enseña, entre otras cosas, que el ser humano no vive para sí solo, sino que es criatura y tiene, por tanto, responsabilidad sobre la creación y sobre sus hermanos y hermanas. Leyendo los primeros versículos del Génesis encontramos ambas responsabilidades: «El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín del Edén, para que lo guardara y cultivara» (Gn 2,15). Y más tarde Dios formuló a Caín una pregunta que se dirige también a nosotros: «¿Dónde está tu hermano Abel?» (Gn 4,9). La excusa de Caín: «¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?» (Gn 4,9), no le vale a Dios. La Biblia nos recuerda que somos guardianes de nuestros hermanos. No podemos vivir sin más para nosotros mismos, pues hemos sido colocados en una comunidad que tiene que tratar responsablemente a todas las personas y a la creación entera.

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