Compuesta como regalo de bodas para su amigo el violinista belga Eugene Ysaÿe, quien la interpretó durante las celebraciones matrimoniales y se transformó luego en su principal difusor y considerada una de las joyas más valiosas dentro de la música de cámara, la pieza que les invito a escuchar este domingo, es una soberbia síntesis de tres rasgos que César-Auguste-Jean-Guillaume-Hubert Franck (Lieja, 10 de diciembre de 1822 – París, 8 de noviembre de 1890), mejor conocido como César Franck —el compositor— cultivó con ardor en la última etapa de su carrera: la tradición clásica vienesa, la "forma cíclica" (el tema principal reaparece, convenientemente variado, en cada movimiento, forma que algunos han postulado como de su invención) y el riquísimo, característico y muy personal lenguaje armónico del autor. La obra la concluyó en 1886 pero ya había sido planeada desde hacía 27 años antes y fue realizada en clave de un exhaustivo y detallado proceso creador.
La sonata presenta la tonalidad de La mayor y está toda ella basada en tres células melódicas generadoras que recorren toda la pieza en cuatro movimientos:Allegretto ben moderato, Allegro, Recitativo - Fantasia. Ben moderato - molto lento y Allegretto poco mosso. Cabe mencionar que ya en el final, este Allegretto poco mosso, en su comienzo, nos deleita a través de canon, un diálogo entre el violín y el piano, con estilo pastoral y nos lleva por un camino de luminosas tonalidades, hasta el brillante y exultante climax. Por una parte, al escuchar toda la obra, se respira en ella un ambiente puramente romántico, heredado del auténtico lied alemán, y por otra se percibe esa libertad y flexibilidad casi improvisatoria que posee la música francesa.
Les dejo dos estupendas interpretaciones. Si escuchan atentamente el primer movimiento donde se desarrolla el tema, luego verán en el transcurso de la obra cómo se repite en forma apasionada. ¡Esta es música!
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