domingo, 26 de junio de 2016

«EL EVANGELIO SEGÚN STEVE JOBS»... De la manzana de Adán al iPhone

Parece ser que Steve Jobs fue un genio que nunca se ocupó de la religión, pero que, según nos presenta el autor del libro que les invito a leer esta semana y que yo me «chuté de volada» inventó una forma de comunicar, de la que sería bueno tomar inspiración para ser convencidos y convincentes en el anuncio del Evangelio. 

La intención del padre Diego Goso —sacerdote de la diócesis italiana de Turín y todo un expero en Mac—es la de aprender el método Jobs, de saber asombrar con humor y genialidad a la propia audiencia, no con la manipulación de la publicidad, sino con la pasión por la verdad y el valor del propio anuncio. Tan cierto como que Jobs fue en muchas y notables maneras un diseñador, un innovador, un líder (mucho muy exigente), su calidad más singular ha sido su habilidad para articular una forma perfectamente secular de la esperanza. Nada ejemplifica mejor esa capacidad que el logotipo de Apple con el arquetipo de la caída humana y su fracaso —la mordida de la fruta prohibida— convirtiéndolo en un símbolo de promesa, de progreso y de esperanza. El hombre puede vivir durante cuarenta días sin comer, cuatro días sin agua, y cuatro minutos sin aire. Pero no puede vivir durante cuatro segundos, sin esperanza. 

Yo uso, desde hace años, una MacBook Air que me regalaron René y Aby y la cual vino a revolucionar por completo mi tarea de bloguero como sacerdote misionero en 


El progreso tecnológico es el fruto de numerosos científicos, inventores, ingenieros y empresas. Sin embargo, Apple puso los frutos de la ingeniería irracionalmente complejas en forma accesible. Apple hizo tecnología de seguridad para los «cool» y para la gente del común de los mortales, ¡cómo yo! Por ejemplo, pulsa el botón en la carátula del IPAD y, si tienes cinco años o noventa y cinco, puedes comenzar a usarlo casi sin instrucción. No tiene ningún manual. 

El padre Goso, nos deja en claro que Steve Jobs no habla de Dios, no se confiesa religioso, ni cita versículos de la Biblia, pero es un ejemplo magnífico que todo evangelizador debería tomar: tener fe y esperanza en que nuestro destino, que todo lo que nos ocurre en la vida siempre es para algo bien. San Pablo dice en sus cartas a los Romanos que “todo lo que acontece es para bien de los que creen en Dios” (Rm 8,28). Y el convencimiento de esta verdad sólo se puede encontrar en la fe y en la esperanza, en la capacidad de amar: la vida, nuestra familia, el trabajo, la salud... Steve Jobs decía: “Si aún no has encontrado lo que realmente amas, sigue buscando”. 

En fin, a mi el libro sobre este genio de nuestro siglo, un empresario a ratos despreocupado y con un carácter muy difícil, que amaba entrañablemente su trabajo con el que estaba comprometido y que no soportaba la mediocridad, me encantó. ¡Lo debería leer todo empresario, empleado, profesionista, obrero, trabajador y aún el que no haga nada y esté en «la depre» para volver a levantar el corazón hacia Dios. El método «Jobs», de saber asombrar con humor y genialidad a la audiencia con pasión por la verdad y el valor propio del anuncio, nos hace buena falta a muchos de los católicos, si no queremos presentar un rostro de la Iglesia, como dice el Papa Francisco... «con cara de funeral».

El padre Diego Goso es también escritor y periodista y trabaja para la Federación Italiana de Escuelas Maternas y se encarga de la pastoral juvenil. Utiliza, como yo, una Machintosh, recita, como lo hago muchas veces yo, la Liturgia de las Horas desde iBreviari en el iPad o el iPhone y dialoga con sus lectores en su blog, desarrollado con una Mac como yo. Padre Goso, yo soy el padre Delgado y ya somos mucho más que dos con anhelos de llevar el Evangelio a todos con la tecnología de Apple y más. Yo creo que si la beata María Inés Teresa viviera... ¡Tendría una MacBookAir de 11 pulgadas o ya la nueva Mac Mini que está sensacional!

¡Nadie, estoy seguro, se arrepentirá de la lectura de este libro!


Diego Goso,
"El Evangelio según Steve Jobs"
Ed. San Pablo,
México 2015
142 páginas.

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