domingo, 23 de septiembre de 2018

«ASESINOS SIN ROSTRO»... La primer novela del novelista y dramaturgo sueco Henning Mankell

A Henning Mankell (Estocolmo, Suecia, 3 de febrero de 1948 - Gotemburgo, Suecia, 5 de octubre de 2015) se le conoce como el padre de la novela nórdica y no creo que sea algo equivocado. Es muy posible que la mayoría de los escritores actuales se hayan basado en la obra de este escritor sueco y en el personaje principal de la saga que, con este libro he empezado a leer: Kurt Wallander.

Este autor, quizá desconocido para muchos en América, nació en Estocolmo, pero creció en Sveg (provincia de Härjedalen) y Borås (Provincia de Västra Götaland) allá en Suecia. 

A los dieciséis años abandonó la escuela y se enrolarse en un barco mercante para irse luego a vivir na París y trabajar en un taller de instrumentos musicales. A los diecinueve años, de vuelta a su patria, empezó a colaborar en el teatro nacional sueco como actor y después como director asistente. Fue allí donde, en 1968, escribió su primera obra de carácter satírico llamada «Feria popular», que alcanzó las cien representaciones. En los años siguientes colaboró con varios teatros en Suecia. Siguió escribiendo y logró un gran éxito con esta novela en 1991. «ASESINOS SIN ROSTRO» es su primera novela de las protagonizadas por el inspector de policía Kurt Wallander. 

Con Wallander, Mankell logró crear un personaje repleto de humanidad y de sensibilidad cotidiana, que lo mismo puede desentrañar la más complicada serie de asesinatos que condolerse de su suerte y pensar que debe jubilarse para dar paso a una sociedad posmoderna que lo avasalla y que parece ya no entender. La obra de Mankell hace hincapié en analizar la sociedad sueca a través de la novela negra, mostrando sus claroscuros. A lo largo de su carrera recibió numerosos premios, como el Premio Alemán del Crimen o la Gold Dagger. Al final de su vida residía entre Suecia y Mozambique, donde pasaba la mitad del año y dirigía el Teatro Nacional Avenida de Maputo. Mankell también realizó además de las novelas y el drama, incursiones dentro de la literatura infantil y juvenil, siendo muy conocida la serie protagonizada por Joel Gustafsson. En 1991 recibió el premio Nils Holgersson por El gato al que le gustaba la lluvia.

En noviembre de 2006 fue galardonado con el Premio Pepe Carvalho, que reconoce a autores de prestigio y trayectoria reconocida en el ámbito de la novela negra y donde el jurado consideró que Mankell «comparte con Manuel Vázquez Montalbán la idea de utilizar la novela negra para abordar críticamente los retos de la sociedad actual». Estaba casado con Eva Bergman, hija del famoso cineasta Ingmar Bergman. En enero de 2014, Mankell reveló que padecía cáncer y murió al año siguiente.

En «ASESINOS SIN ROSTRO», el inspector Kurt Wallander atraviesa uno de los momentos más sombríos de su vida personal (sus relaciones familiares son un desastre, está ganando peso, bebe mucho y duerme poco) cuando debe ponerse al frente de la investigación del asesinato de un apacible matrimonio de ancianos en una granja de Lenarp, en 1990 en la comarca de Escania, al sur de Suecia. El marido ha sido horriblemente torturado y la mujer muere estrangulada poco a poco, con el tiempo justo de pronunciar antes de morir la palabra «extranjero». Kurt Wallander y sus colegas deberán enfrentarse no sólo a un asesino muy especial, que tiene la sangre fría de alimentar a los caballos del establo después del crimen, sino a una comunidad irascible, presa de insospechados prejuicios raciales. Wallander sabe de sobra que la pacífica apariencia de algunas personas oculta a veces un auténtico monstruo, de modo que no se hace ilusiones acerca de la sociedad en la que vive.

Henning Mankell aborda también el problema de la inmigración ilegal y la xenofobia, jugando ambos un papel muy importante a lo largo de toda la novela. Los prejuicios raciales latentes en la zona desencadenarán una ola de violencia fuera de lo normal, a la que nuestro detective deberá enfrentarse con sumo cuidado para no caldear aún más los ánimos de una irascible comunidad.

El planteamiento, investigación y resolución del crimen es muy bueno. Es posible que continúe con la saga de Wallander, aunque no lo puedo garantizar por tanto que hay que leer. ¡Si les gusta la novela negra, esa policiaca que con un enfoque realista y sociopolítico, muestra el mundo del gangsterismo y de la criminalidad organizada, léanla y verán el final!


Henning Mankell,
"Asesinos sin rostro",
Ed. Quinteto,
Barcelona 1991,
336 páginas.

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