Gonzalo Curiel Barba (Guadalajara, Jalisco, 10 de enero de 1904 - Ciudad de México, 4 de julio de 1958) fue un músico mexicano e inspirado compositor de numerosas melodías, además de bandas sonoras de películas mexicanas que, que junto con Agustín Lara y Luis Arcaraz, contribuyó de forma contundente al caudal musical que definió la Época de Oro dela canción romántica mexicana en el siglo pasado. Su canción más famosa es: «Vereda Tropical».
Durante su carrera, Gonzalo Curiel incursionó en tres importantes áreas de la música: la popular, la de fondo para películas y la sinfónica. Curiel contribuyó con la composición de las bandas sonoras de 180 películas mexicanas, además de musicalizar producciones para el cine estadounidense y el francés. En 1954 se hizo acreedor al premio Ariel, por la música de fondo de la película Eugenia Grandet. En 1958 fue nominado por la música de la cinta Vainilla, bronce y morir. Pero pocos son los que saben que, además de sus canciones románticas y música para el cine, Gonzalo compuso tres conciertos para piano y orquesta que representaron la culminación de su sólida carrera musical.
Hoy les presente el «Concierto para piano y orquesta Nº 1», por ser un día especial en el que celebramos un año más de la Independencia de México. Como George Gershwin (1898-1937), todo lo que aprende Curiel de su labor en la música popular termina por influir en sus tres conciertos para piano. En su obra confluyen armoniosamente la música académica y los ritmos populares de la época, aunados al «genial y potentísimo lirismo» de la canción mexicana. Una amalgama más compleja que en Gershwin.
Al escuchar este concierto, uno percibe de inmediato que Curiel era un monstruo de la orquestación, ciertamente motivada por la instrumentación cinematográfica. Como compositor para cine sabía crear efectos dramáticos que plasma en el piano.
Sus conciertos deberían ser parte del repertorio estándar de las orquestas mexicanas, pero como digo, poco se conoce: Urge que muchos directores y pianistas de hoy escuchen a Curiel para que lo interpreten. ¡Ustedes juzguen!:
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