domingo, 18 de noviembre de 2018

«Serenata para cuerdas en mi menor, opus 22» de Antonín Dvořák

La «Serenata para cuerdas en mi menor, opus 22» de Antonín Dvořák (1841 —1904) es una de sus obras interpretadas con mayor frecuencia y para cuya composición el joven maestro no necesitó más que dos semanas. Compuesta entre los días 3 y 14 de mayo de 1875, su estreno tuvo lugar en Praga el 10 de diciembre de 1876, con un éxito aplastante, lo que reafirmó la alta estima en que el compositor tenía a esta pieza.

De carácter idílico y apacible, la música de esta composición fluye fácilmente y con naturalidad a través de sus cinco breves movimientos que hacen un total de media hora de música encantadora: 1. Moderato, 2. Tempo di Valse, 3. Scherzo: Vivace, 4. Larghetto y Finale: Allegro vivace.

En el verano de 1874, el recién casado Dvorak estaba esperando su primer hijo. Dvorak trabajaba como organista en una de las iglesias de Praga – un puesto que no le ocasionaba ningún problema para obtener los papeles del gobierno que acreditaban su pobreza. Con estos papeles, y un buen montón de partituras recientes (que incluían dos sinfonías, una obertura, canciones y música de cámara), solicitó una beca del gobierno. Un distinguido jurado, que incluía a Johannes Brahms, no se equivoco al reconocer los “dotes genuinos y originales”, y bajo su propia recomendación, el Ministro de Cultura le presento a Dvorak el salario mas alto disponible en ese programa. No hay duda de que el anuncio de esta beca estimulo una explosión de creatividad. Y fue durante esta oleada de felicidad, cuando la Serenata para cuerdas fue acabada en un corto lapso de 11 días.

Simplemente escuchen y gocen:


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