Georg Friedrich Händel nació el 23 de febrero de 1685 en Alemania, luego, en 1710, viajó a Londres, y lo que al principio se suponía que sería una visita corta, se convirtió en una residencia de por vida cuando se nacionalizó inglés. Murió en Londres el 14 de abril de 1759.
Händel se dedicó de tiempo completo a la música. Fue un compositor considerado una de las cumbres del Barroco y uno de los más influyentes compositores de la música occidental y universal. En la historia de la música, es el primer compositor moderno en haber adaptado y enfocado su música para satisfacer los gustos y necesidades del pueblo en vez de los de la nobleza y de los mecenas, como era habitual.
Si el padre de Georg Fridrich Händel hubiera vivido más tiempo, probablemente el mundo habría perdido a un gran compositor. El padre, que era médico en el distrito de Halle en Sajonia, se casó por segunda vez a los 60 años, y Georg Fridrich nació de ese matrimonio. Aunque el joven Händel mostró un excepcional talento musical, tocando el órgano a la edad de siete años, su padre quería que fuera abogado. Pocos años después de la muerte de su papá, Händel viajó a Italia, donde escribió sus primeras óperas y luego hizo el viaje la Londres.
En 1713, a la edad de 36 años, escribió una obra para celebrar el cumpleaños de la reina Ana, por la cual recibió una pensión vitalicia de 200 libras anuales. Se convirtió entonces en el maestro no oficial de la música real. El rey Jorge I le dobló la pensión, y la coronación de Jorge II, en 1727, incluyó cuatro hinmos compuestos por Händel. En ese mismo año, se naturalizó ciudadano inglés y dio a su nombre estilo inglés, convirtiéndolo en George Frederick. Durante casi 30 años escribió óperas que atrajeron multitudes de londinenses elegantes a los teatros. Pero las óperas de Handel poseían un característico sabor italiano y las óperas italianas pasaron de moda repentinamente.
Con la salud quebrantada, Händel estaba a punto de dejar Inglaterra cuando el gobernador de Irlanda lo invitó a dar una serie de conciertos en Dublín. Mientras planeaba su viaje, Händel escribió un nuevo oratorio, "El Mesías", en sólo 23 días, a veces sin dormir ni comer. Cuando terminó el coro de Aleluya, dijo a su asistente: "Creo que he visto el cielo delante de mí, y también a Dios." El estreno de este oratorio, que se llevó acabo el 13 de abril de 1742 en Dublín, estuvo dedicado a obras de caridad y tuvo un éxito rotundo.
Händel era profundamente religioso, pero su decisión de escribir El Mesías y concentrarse en los oratorios se debió, en gran parte, a que la ópera ya no estaba de moda. Veía al oratorio como una forma de ópera que captaba el espíritu de la época, con historias musicalizadas de las Sagradas Escrituras, interpretadas por cantantes, coros y orquesta que al mismo tiempo que deleitaban los oídos de los asistentes les catequizaba. Dada su índole religiosa, los oratorios tenían otra ventaja muy práctica: podían representarse durante la Cuaresma, época en que los demás teatros se veían obligados cerrar.
Este oratorio se estrenó en el Covent Garden, de Londres. Durante el concierto, el rey Jorge II se emocionó tanto que, al llegar la parte de los coros de Aleluya, se puso a dar saltitos. Sus súbditos hicieron lo mismo y, desde entonces, se hizo tradición el ponerse de pie cada vez que es ejecutada esa parte.
Händel quedó ciego siete años antes de morir. En 1759, durante una representación de El Mesías, cayó desmayado y nunca se recobró. Fue sepultado en la Abadía de Westminster, pero su petición de ser enterrado de forma privada no fue obedecida. Más de 3,000 entristecidos admiradores acudieron al funeral.
A los 25 años de su muerte, se llevó a cabo una representación conmemorativa de El Mesía, que incluyó la fabulosa cantidad de 95 violines, 26 violas, 21 cellos, 20 oboes, 12 trompetas, 4 juegos de timbales y un coro compuesto por 257 voces. En los festivales en honor a HÁndel, que se llevaron a cabo entre 1857 y 1926, tornaron parte más de 4,000 ejecutantes. Esta gran cantidad de instrumentistas, aunque no formaba parte del concepto original de Handel, ha logrado que El Mesías sea una de las piezas más conocidas del compositor. Ninguna Navidad o Pascua transcurre sin que se toque esta obra en algún lugar.
A mis oídos han llegado varias versiones, entre ellas una de la Oxford Symphony Orchestra y el Bizantine Choir. En video les comparto un enlace a una versión fantástica que bien vale la pena ver y escuchar. Tal vez tarde un poco en bajar porque es completa, y por lo mismo solamente les pongo aquí el enlace. Me parece un regalo hermosísimo para nuestros oídos en esta Navidad. ¡Feliz Navidad a todos mis dos seguidores!
soy cristiano bautista, pero desde que descubrí su blog lo disfruto mucho. Muchas gracias y deseo que el Señor le conceda sus bendiciones.
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