martes, 28 de octubre de 2014

Los ángeles nos acompañan a buenos y malos...

"Entonces abrió Yahvé los ojos a Balam, y este vio al ángel de Tahvé, que estaba en el camino con la espada desenvainada en la mano. Balam se postró, echándose sobre el rostro" (Núm 22,31).

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