domingo, 12 de octubre de 2014

«UN DOBLE»... Novela corta de Theodor Storm

En Alemania, allá por los mil ochocientos, los escritores realistas generaron un movimiento llamado «realismo poético» con una escritura bastante diferente a sus contemporáneos de otros países. Los autores evitaron los grandes problemas sociales y políticos y se centraron en su patria chica, con sus paisajes y sus personajes. En el centro de todas las novelas, obras de teatro y poemas de aquella época, está el individuo. El género preferido fue la novela corta, y precisamente por medio de una novela corta es que llegué a la obra de Thodor Storm, uno de estos escritores realistas o impresionistas de la Alemania de aquel entonces.

Hans Theodor Woldsen Storm (14 de septiembre de 1817 en Husum, Schleswig-Holstein – 4 de julio de 1888 en Hademarschen), mientras aún era estudiante de leyes, publicó su primer volumen de obras en verso. Trabajó como abogado en Schleswig-Holstein, pero emigró a Turingia en 1851 después del comienzo de la supremacía danesa, dejando el hogar paterno, y no regresó hasta 1864, después de que Schleswig-Holstein fuese reincorporado a Alemania. Escribió varios relatos, poemas y novelas, algunas de ellas cortas, diría yo, muy cortas. Una de ellas «UN DOBLE», es la que quiero invitarles a leer esta semana. Se trata tan solo de unas 35 ó 36 páginas en las que uno se sumerge en una especial relación entre un padre y su hija.

Es la relación padre-hija la que da fundamento a su título. Pues aun cuando se sabe que el propio autor quería en inicialmente llamarlo “El pozo”, lo termina bautizando «UN DOBLE», en alusión a que se trata de dos diferentes cuadros de recuerdos del mismo personaje, el de su hija —que nos interesa en particular— y el del pueblo —por contraposición al de ella.

La importancia de este motivo tal vez tenga su génesis en el hecho de que para John —el papá que aparece como un ser marginado— la familia es un regalo, su único refugio. 

Por otra parte, abona esta tesis el hecho de que Christine —la hija— esté confundida con el recuerdo del padre: “a menudo me parece como si antes, en vida de mi madre, hubiese tenido otro padre...al que temía, y que golpeaba a mi madre...¡y eso es, sin embargo, imposible!”.

Finalmente, el marido de Christine le advierte a quien narra la novela, el tema de la “doble identidad” del padre de ella, es decir, que se llamara John Hansen pero que la gente lo apodara John Gluckstadt, a raíz de la localidad en que siendo joven había cumplido una condena de prisión, y que Christine su mujer no lo sabía, por lo cual le pide que no se le diga.

Es un pequeño relato que me gustó mucho y que pienso se puede leer ahora, en estos días en los que en el Vaticano se lleva a cabo el Sínodo Extraordinario sobre la Familia. Es muy interesante ver, por una parte, al pobre papá luchando por sacar adelante a la pequeña y por otra al hombre, que es el mismo, visto desde la sociedad que, aún siendo aquellos años, ya está sumergida en una vorágine de ideas, juicios y prejuicios que gozan de señalar, encasillar o descartar a quien ha cometido algún error pequeño o grande. ¡Cuántos papás no vivirán la vida que vive este pobre hombre!

Me gustó el hecho de que una novela corta conjugue el relato testimonial y la crónica social, denunciando las desigualdades y estigmas sociales de los sectores más empobrecidos de la Alemania de aquel tiempo y que toque un tema tan real, porque pese a provenir de la misma patria chica, el abogado narrador dice no reconocer en Christine, la esposa del guarda forestal, una coterránea. El abogado manifiesta que conoce a todas las muchachas de su clase; y es que no reconoció a Christine porque ella no pertenecía a la misma clase social acomodada que él.     

«UN DOBLE» enseña cómo el conocimiento del todo hace que se entiendan las partes. El abogado narrador descubre el misterio relacionado con el pozo en que desapareció Jansen y la segunda reconcilia la dos imágenes de su padre,  pues el recuento de los hechos que aporta el el abogado, llega a oídos de Christine y produce en ella un cambio muy importante: la mujer pasa de tener dos imágenes irreconciliables de su papá a una visión holística, en la que aquel hombre no se define por la suma de las partes sino que pasa a ser un todo más complejo y matizado... comprendido.

En fin, es una novela, no una historia real pero contiene mucho material que puede ilustrar, aunque, sin contarles nada, quiero dejar bien en claro que el final, me hubiera gustado que fuera de otra manera. Solo me queda decir algo más, Theodor Storm es uno de los pocos autores alemanes de la segunda mitad del siglo XIX que consiguieron rebasar los límites de su época y su lengua de origen para proyectarse a la literatura mundial. Al margen de su regionalismo, pudo configurar en sus narraciones problemas que mantienen una inagotada vigencia, y esto es válido ante todo, para la obra tardía, a la que pertenecen las novelas cortas como esta.



Theodor Storm,
"Un doble y otras novelas cortas",
Ed. Gorla
Argentina.
264 páginas.

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