domingo, 22 de febrero de 2015

Cápsula Bíblica 1465

Para los antiguos israelitas, era en la gordura donde se percibían los sentimientos. En los sacrificios cultuales, la gordura se consideraba como una parte muy noble del animal, reservada a Dios. Por eso, la palabra sugiere algo bueno e importante. Por ejemplo la expresión: «Saciar de gordura» (Sal 63, 6; Jer 31, 14) equivale para el salmista lo mismo que decir «alegrar». Los gordos del país eran los ilustres (Sal 22, 30); lo que no significa que fueran siempre los buenos o los estimados por el pueblo. Hoy, luego de muchos siglos, las cosas han cambiado, pero se conserva una expresión muy simpática que tal vez provenga de aquellos tiempos: «¡Gordito, pero feliz!», aunque también decimos, haciendo referencia a los flacos: «¡Feliz, como una lombriz!». De manera que la felicidad y la alegría es un don de todos.

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