martes, 27 de octubre de 2015

Cápsula Bíblica 1712

Dios ordenó a los seres humanos: “Tengan autoridad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra” (Génesis 1,28). Es entonces razonable concluir que para Dios los humanos son superiores a los animales y a estos hay que darles el lugar que les corresponde, sin maltratarlos pero tampoco sin darles el mismo sitio que al humano corresponde. Los humanos tenemos un sentido del bien y el mal, así como una necesidad espiritual, algo que los animales no tienen porque no fueron hechos a la imagen de Dios. Los animales son inferiores a nosotros, y Dios no espera que los tratemos como a un ser humano.

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