Hoy quiero compartir con ustedes uno de los dos conciertos para piano y orquesta de Chopin: El Concierto para piano y orquesta N° 1 y dedicar mi comentario a mi gran amigo y amigo del piano Alex Montes a quien felicito por haber regresado con entusiasmo al blanco y negro del teclado.
Cuando Chopin se estableció en París, en 1831, hacía seis años que había hecho lo mismo el pianista de origen alemán, profesor y fabricante de pianos Friedrich Kalkbrenner quien, luego de una larga temporada en Londres como pianista empresario, había hecho fama, con el cartel de "el mejor pianista de Europa", confeccionado por él mismo. Chopin, de veintiún años, recién llegado, acudió a él por consejos y contactos. Kalkbrenner le ofreció unas lecciones para convertirlo en un virtuoso consumado en el plazo de tres años.
Hasta entonces, Chopin no había tenido propiamente un profesor de piano, porque quienes lo habían enseñado eran unos profesores que en Varsovia eran, uno violinista y el otro compositor. Así que no sorprende que escribiera entusiasmado a sus padres y hermanas que pensaba quedarse en París "unos tres años", precisamente el plazo sugerido por Kalkbrenner. Pero el entusiasmo por su potencial maestro fue decayendo debido que Chopin ya deslumbraba a los asistentes a las veladas parisinas donde era invitado a tocar. Finalmente, Chopin resignó el apoyo de Kalkbrenner pero lo distinguió con la dedicatoria de su Concierto en mi menor, cuando fue publicado, en París, en 1833.
El Concierto para piano y orquesta N° 1 es, en realidad, el segundo compuesto por Chopin, porque fue escrito seis meses después que el N° 2. Chopin contaba 20 años cuando lo terminó y esa juventud, esa frescura encarnada en un romanticismo desenfadado, son patentes a lo largo de toda la obra. Recibe el nombre de «Primero» debido a que aunque es el segundo en composición, fue el primero en publicarse. El primero había sido el Concierto en fa menor, publicado tres años más tarde, en 1836 y, consiguientemente, designado como N°2.
Ambos fueron compuestos en Varsovia, cuando Chopin tenía entre 19 y 20 años, y tuvieron su estreno con ocasión de las numerosas veladas organizadas para despedir al virtuoso joven que abandonaba Varsovia con la idea de estar fuera quizá "unos tres años", pero que jamás regresaría. De hecho se sabe que este Concierto se estrenó en el Teatro Nacional de Varsovia el 11 de octubre de 1830 en un recital en el que el propio Chopin se hizo cargo del piano, cediendo la dirección de la orquesta a su amigo Tytus. Los anuncios que publicitaron el estreno no dudaban en calificar la partitura como «obra de un genio».
Por otra parte, no han faltado, ni desde aquel entonces ni ahora, las opiniones acerca de la debilidad, o el escaso ingenio o brillantez de la orquestación chopiniana. Es de admirarse, sin embargo, que el joven autor no tuvo como modelos el concierto beethoveniano, o mozartiano, sino el de sus contemporáneos, menos notables (Hummel, Hiller, o el mismo Kalkbrenner), en que el piano es abiertamente el protagonista, con la orquesta en un plano secundario, encargada de la exposición inicial de los temas y de subrayar los momentos de gran expresividad en apoyo al solista. En lo que todos coinciden es que la escritura pianística no tiene igual.
Movimientos (Son tres, los típicos del periodo):
Allegro maestoso
Romance. Larghetto
Rondo. Vivace
Disfruten del Concierto:
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