Un libro de la pedagogía del amor divino... Así pudiera describir este libro maravilloso del padre Ignacio Larrañaga (+) que comparto en esta entrega y que en lo personal simplemente me llenó.
A través cuatro capítulos, Principios y constantes de la oración; Purificación y ascensión penitencial; Hacia el Encuentro; Oración y Vida, Larrañaga nos describe las diversas fases del itinerario hacia Dios. Desde las primeras etapas en las que Dios deja la iniciativa al alma, hasta las ultimas alturas en las que el alma relativiza los medios psicológicos que antes tanto le ayudaban, es Dios el que va tomando la iniciativa poco a poco en este camino de la vida espiritual.
Nuestro Padre Dios permite que el hombre vaya rodando por las laderas del precipicio hasta acabar en el barranco profundo. Ahí, el hombre, derrotado pero no aniquilado, no distingue a su alrededor otra cosa que soledad y ruina porque todas las columnas se hicieron polvo. Y así, impotente y desnudo, el hombre se convierte en materia maleable, y va entrando sin esfuerzo y con naturalidad en un estado de sumisión. En este momento el Padre extiende la mano al hombre y lo va levantando hasta las cimas más encumbradas. La historia se repite. Es la pedagogía del amor divino.
Ignacio Larrañaga —de quien ya he recomendado algunos libros— fue un sacerdote franciscano muy ejemplar, un evangelizador incansable, un extraordinario comunicador que dedicó su vida a ayudar a las personas que sufren. Tuvo una sensibilidad inigualable y sentido común agudo, lo cual le permitió explorar las entrañas del ser humano y encontrar la orientación adecuada a sus problemas, para alcanzar la “felicidad”. El padre Ignacio murió cuando tenía 84 años, dejando un gran legado, entre ello este libro que, en pocas páginas, encierra muchas cosas más.
Ignacio Larrañaga,
Itinerario hacia Dios,
Ed. Buena Prensa,
México 2005,
111 páginas.
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