sábado, 21 de noviembre de 2015

Cápsula Bíblica 1737

Cuando uno empieza a leer la Biblia y se va enamorando de esta Palabra de Dios, va viendo que esta obra maravillosa no pudo haber sido la invención de buenos hombres o ángeles, ellos nunca pudieron hacer un libro y decir mentiras todo el tiempo que estuvieron escribiendo diciendo: “Así dice el Señor”, cuando eran sus propias palabras. Tampoco pudo ser la invención de malos hombres o demonios, porque no podrían hacer un libro que ordena cumplir con toda obligación, prohibe todo pecado, y condena sus propias almas al infierno. De tal manera que, al ir leyendo, estudiando y meditando más y más, nos convencemos de una gran verdad: la Biblia tuvo que ser dada a los hombres por inspiración divina.

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