Hoy hablaré un poco de Claude Debussy y de sus dos libros de los «PRELUDIOS PARA PIANO» («Préludes pour piano» en francés). Estas obras fueron compuestas entre 1909 y 1913. El primer libro, más concretamente, entre diciembre de 1909 y febrero de 1910; y el segundo, de 1911 hasta abril de 1913. Ambos libros contienen doce preludios cada uno.
Junto con "En blanc et noir" y la selección de sus doce "Études", todos ellos compuestos en 1915, estos veinticuatro «PRELUDIOS PARA PIANO» de Debussy, marcaron definitivamente el pensamiento pianístico del famoso compositor francés. Debussy eligió el nombre de sus Preludios, composiciones muy libres, en honor a los Preludios de Chopin. Nunca tuvo la intención ni el deseo de reunir todas estas piezas en una misma serie, pues consideraba cada una de ellas como una obra aparte. Uno de los aspectos que los diferencian de los Preludios del compositor polaco, es que no siguen ningún orden cromático. Cada uno de estos «PRELUDIOS PARA PIANO» tiene, pues, su atmósfera propia. Como los de Chopin, ninguno de ellos podría vincularse a una forma clásica. Todos tienen carácter de improvisación.
Aunque los «PRELUDIOS PARA PIANO» están considerados como una de las cimas de la música impresionista, deben ser mirados como una invitación al viaje y al sueño más que como una pintura descriptiva. El propio compositor declaró, a propósito de sus Estampes (1903): «Quand on n'a pas les moyens de se payer des voyages, il faut suppléer par l'imagination» ("Cuando uno no tiene los medios para pagarse los viajes, debe sustituirlo por la imaginación").
Debussy tuvo cuidado de indicar los títulos de sus preludios sólo al final de cada pieza, entre paréntesis y después de puntos suspensivos, de manera que el intérprete pudiera descubrir sus propias impresiones sin estar condicionado por las ideas iniciales de Debussy. Esos títulos están escogidos para crear asociaciones de imágenes o de sensaciones. Algunos, sin embargo, son bastante ambiguos: "Voiles", por ejemplo, puede interpretarse en masculino y en femenino.
El aire de las piezas varía enormemente entre ellas, desde la profunda calma de "La cathédrale engloutie" al virtuosismo sin límite de "Ce qu'a vu le vent d'ouest"; o desde la misteriosa "Brouillards "a la explosividad de "Feux d'artifice".
Los dos preludios más conocidos de estas dos series pertenecen al primer libro. "La fille aux cheveux de lin" es una breve pero armónicamente compleja expresión de belleza y, "La Cathédrale engloutie" ,alude a la leyenda de la ciudad sumergida de Ys, cuya catedral se elevaba por encima de la superficie una vez al día para recordar la gloria de la ciudad perdida para justo después hundirse de nuevo en las aguas. Debussy consiguió un fiel reflejo de la historia, pues podría decirse que uno oye los cánticos de los monjes y el campaneo de la catedral.
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