domingo, 21 de febrero de 2016

«Don Quixote»... Extraordinario Poema Sinfónico de Richard Strauss

Saludo a mis catorce seguidores en este Domingo para compartirles «Don Quixote», el Poema Sinfónico (Op. 35) para violonchelo, viola y orquesta escrito por Richard Strauss en Múnich en 1897 y Subtitulado "Phantastische Variationen über ein Thema ritterlichen Charakters" (Variaciones fantásticas sobre un tema de carácter caballeresco).

«Don Quixote» es una pieza orquestal continua, es decir, de un sólo movimiento y está basada en la obra Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra. Se trata de una composición de unos 45 minutos de duración está escrita en la forma musical de tema con variaciones. El violonchelo representa en la pieza a Don Quijote, mientras que el solo de viola, la tuba tenor y el clarinete bajo, representan al cómico Sancho Panza. La segunda variación ilustra un episodio en el que Don Quijote se encuentra con un rebaño de ovejas, que él percibe como un ejército aproximándose. Strauss utiliza el flutter-tonguing disonante en el viento metal para emular los balidos de las ovejas, un temprano ejemplo de esta técnica extendida. Más adelante, el propio Strauss citó este pasaje en El burgués gentilhombre, en el momento en que un sirviente anuncia el plato de "pata de cordero al estilo italiano". Pero este "casi concierto" para violonchelo, viola y gran orquesta, es atractivo no tanto por su programa, evocador de las aventuras caballerescas de don Quijote y de su contrapunto materialista Sancho Panza, sino por suscitar en el ánimo de quien lo escucha un ambiente que corresponde de modo inequívoco (hoy, al menos, cuando se escucha no causa apenas sorpresa) a lo que representan los personajes del Quijote para sus lectores.

Sobre el tema hay diversas composiciones, pero creo sinceramente que ninguna de esas composiciones puede competir con «Don Quixote», aunque se da la paradoja de que durante mucho tiempo fue «Don Quixote» el poema sinfónico menos ejecutado de Strauss. Y sin embargo, hoy se sabe que es el más trabajado y rico de cuantos escribió. Enamorado de la inmortal novela de Cervantes, Strauss trabajó con mano maestra los distintos episodios seleccionados, pasando como el gran escritor de lo irónico a lo patético, de lo tierno y gracioso a lo burlesco y vejatorio, dejándonos ver un Strauss más humano y, a la vez muy ocurrente. Para esta composición puso en juego toda su sabiduría de gran orquestador, sin transgredir ni inventar nuevas formas, sino empleando la vieja fórmula de la introducción y variaciones, acogiéndose al no menos tradicional enunciado concertante.

Poco después de su estreno en Colonia, dentro de los conciertos Gürzenich, Strauss dirigió el 27 de febrero de 1898 su «Don Quixote» en el teatro Príncipe Alfonso del Paseo de Recoletos de Madrid, al frente de la Orquesta de la Sociedad de Conciertos. Volvería a hacerlo el 9 de marzo de 1925 con la Orquesta Sinfónica de Madrid, y esta vez contó con la colaboración del violonchelista Juan Antonio Ruiz-Casaux, ilustre solista y músico de cámara, profesor del Real Conservatorio de Madrid. En «Don Quixote», pocas veces la escritura orquestal de Strauss se habrá mostrado más sutil y evanescente, pocas veces más incisiva y aguda, pocas también más triste, más dolorosa. Así se muestra al lector, a menudo, la gran novela de Cervantes. 

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