No cabe duda de que entre la narrativa hispanoamericana del «post-boom», sin duda, uno de los nombres que más sobresalen es el de Isabel Allende (Lima, Perú, 2 de agosto de 1942), la escritora iberoamericana más leída y reconocida internacionalmente.
He comentado solamente uno de sus libros: «Paula», aunque siendo un lectófilo desde pequeño, he leído varios. Sus libros son de por sí interesantes, porque entre alegrías y penas, facilidades y tribulaciones, lágrimas y carcajadas, la escritora chilena que vive en California nos deja mucho de su persona, de sus triunfos y fracasos y por qué no decirlo, a mi juicio, mucho del vacío existencial que experimenta y que por algo, que no se bien que fue, hace que se manifieste tan en contra de la Iglesia y en especial de la fe católica. Sus obras siempre contienen situaciones muy ajenas a la moral cristiana que en medio de historias interesantísimas, dejan al creyente un mal sabor. ¿Qué le faltará a Isabel para encontrarse, por ejemplo, con la vida de tantos santos y beatos que han transformado su entorno? ¿Qué le hará ver el mundo así como ella lo pinta, tan lejos de Dios? Ella, con sus propias palabras dice: «Soy una cazadora de historias; tengo buen oído para escuchar. Todo el mundo tiene una historia y todas son interesantes si son bien contadas. Leo los periódicos y a veces alguna viñeta enterradas en las páginas puede inspirarme. También me inspiran los viajes, mi familia, mi propia experiencia de vida.»... ¿Y las vidas de los santos? ¿Por qué no le interesan?
La escritora chilena sostiene que las religiones son pura fantasía y que "as inventaron los hombres. Ella confiesa abiertamente que no pertenece a ninguna religión organizada, pero afirma que tiene una práctica espiritual diaria y siente respeto por las creencias ajenas, aunque dice que le espanta el auge del fundamentalismo. Isabel varias veces ha comentado que la criaron en la Iglesia Católica, pero que a los quince años dejó la Iglesia y no volvió más. Ha manifestado recientemente que le encanta el papa Francisco, aunque eso no significa que se vaya a acercar a la iglesia católica. Pero dice que está abierta a todas las posibilidades, que son maravillosas.
El caso es que ahora que me topé con el primer libro que escribió para un público integrado por lectores mucho más jóvenes de los que ella estaba acostumbrada a llegar, quiero hablar un poco de ella y este volumen que les invito a leer. Se trata de «La Ciudad de las Bestias», el primer libro de una trilogía escrita en especial para jóvenes. En esta novela Isabel nos narra las aventuras que vive Alexander Cold, un muchacho americano de quince años que parte al Amazonas con su abuela Kate, periodista especializada en viajes. La narración se lleva a cabo en la selva amazónica en medio de una expedición que busca una extraña bestia gigantesca. Junto con su compañera de viaje, Nadia Santos, y un centenario chamán indígena, Alex conocerá un mundo sorprendente y juntos vivirán una gran aventura. El par de jóvenes protagonistas se interna en la inexplorada selva del Amazonas llevando de la mano al lector de cualquier edad en un viaje sin pausa por un territorio misterioso donde se borran los límites entre la realidad y el sueño, en el que hombres y dioses se confunden y los espíritus andan de la mano con los vivos.
El universo ya conocido y de por sí basto, de Isabel Allende, se amplía tremendamente en «La Ciudad de las Bestias» con nuevos elementos de realismo mágico, aventura y contemplación de la naturaleza, pues quienes hemos leído a Isabel Allende, sabemos que no escatima en adjetivos para definir hasta lo mas simple.
Me parece un buen libro muy bueno para aquellos que no leen mucho, aunque pudieran asustarse por el grosor de este volumen –como otros de Allende–, pero la trama se mueve a un ritmo acelerado, entrelazada con sorpresas y giros inesperados... Además, Isabel no pierde la oportunidad para mostrarse como es y nos muestra en él una dura crítica contra la deforestación de la selva más grande del mundo, el Amazonas, también contra las personas que quieren acabar con los aborígenes para apoderarse de sus territorios ricos en oro, y que deberíamos respetar su cultura y sus tradiciones.
No se si vuelva a recomendar algún otro libro de Isabel Allende, pero la seguiré leyendo de seguro. Por eso, dejo algo de sus datos biográficos en esta entrada.
Isabel nació en Lima (Perú) en octubre de 1942. Tuvo dos hermanos, pero la familia se rompió pronto por la incompatibilidad de los cónyuges, y la madre con sus tres hijos volvió a Santiago de Chile, a la casa paterna. En esta ciudad creció hasta que la familia e trasladó a Beirut. Tras permanecer varios años en el Líbano, regresaron a Chile, donde estudió, ejerció el periodismo y se casó por primera vez a los diecinueve años. Con la llegada al poder, en septiembre de 1970, de Salvador Allende, primo de su padre, tuvo colaboración con el gobierno de éste. Tras el golpe de Estado de Pinochet, abandona Chile en 1975 para instalarse en Caracas por trece años. Fue allí donde comenzó su fructífera carrera literaria cuando en 1982 publicó «La casa de los Espíritus».
Isabel Allende,
"La Ciudad de las Bestias",
Ed. Plaza & Janes Editores
304 páginas.