miércoles, 27 de junio de 2018

Cápsula Bíblica 2670

En el tercero de los cánticos del Siervo de Yahvé del profeta Isaías, habla el siervo en un monólogo durante el cual describe el aspecto profético de su propia persona. El Siervo de Yahvé —figura de Cristo— posee las dos cualidades fundamentales de un profeta ideal: la disposición a escuchar cada vez que Dios habla y la disposición a escuchar cada vez que Dios habla y la disposición constante de expresar sin demora cuando Dios le indique. El Siervo padeció humillación; sin embargo, la paciencia que demostró en el momento del juicio nos habla de su inconmovible fe en Dios. 

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