Ludwig van Beethoven (1770-1827) indudablemente es uno de los compositores más conocidos, admirados e interpretados por las grandes orquestas y compañías de ópera del mundo entero. Con él comienza la desaparición del clasicismo y el principio del romanticismo. Su obra, en líneas generales, muestra constantemente la lucha interior que vive el creativo compositor: la pasión, la dinámica, el contraste... elementos que de por sí no son nuevos, pero que en sus manos se convertirán en pautas a seguir por el nuevo estilo musical.
La obra de Beethoven se divide en tres grandes periodos: por un lado un estilo clásico llamado de «asimilación», que va de 1795 a 1801, en el que el admirable compositor se muestra influenciado directamente por Mozart y Haydn; el segundo periodo abarca de 1802 a 1815 y comprende lo que podemos llamar «el estilo de transición», en el cual nos muestra un cambio de rumbo al considerar el clasicismo como superado, esforzándose para salir del modelo de plasmar en la música una serie de emociones del ser humano, ejemplo de esta etapa será «Fidelio», la ópera que les invito a ver y a escuchar; finalmente el tercer periodo, el último de su vida, va desde 1816 hasta1827, tiempo en el que Ludwig terminará refugiándose en su mundo interior.
«Fidelio» es una ópera con un libreto de Sonnleithner que tiene tres versiones y tres nombres: «Leonore» (para la primer versión); «Leonore, order Der Triumph der echelichen Liebe» —Leonore, o el triunfo del amor conyugal— (para la segunda versión) y «Fidelio» (para la tercera y definitiva versión). La obra relata el intento de Leonore, disfrazada como «Fidelio», de entrar en la prisión para poder salvar a su marido o al menos llevarle un poco de consuelo. Tras una serie de escenas, «Fidelio» encontrará a su amado y lo salvará.
Definitivamente la protagonista vocal indiscutible de la ópera es Leonora, o mejor dicho, Leonora disfrazada de Fidelio, cuya voz debe ser la de una soprano dramática con gran fortaleza vocal (la de soprano es la voz femenina más aguda, y hay distintos tipos: soprano lírica, lírica de coloratura, dramática…, esta última se distingue por poseer un timbre más brillante y lleno, pero menos aguda, generalmente acompañada de mayor caudal o volumen. Este tipo de sopranos aparece cuando surgen los papeles heroicos femeninos y cuando las orquestas crecen en instrumentistas buscando mayor volumen dramático, debiendo entonces romper la voz la barrera sonora entre escena y público.
Un dato básico que hay que tener en cuenta a la hora de acercarnos a esta ópera, es que es un singspiel, es decir, una ópera en alemán con diálogos hablados. Célebres singspiel, además de «Fidelio», son «El rapto en el serrallo» y «La flauta mágica», de Mozart las dos. La palabra singspiel —en alemán— se usaba como sinónimo de ópera, pero durante el reinado del emperador José II, y como consecuencia del deseo de fundar una ópera autóctona alemana, el singspiel comenzó a adquirir el significado más restringido que hoy se le asigna. Lo que ocurre con Fidelio, su aportación básica al singspiel, es que Beethoven logró dotar de energética “intensidad” dramática (de nuevo la intensidad) la ópera en alemán, y por extensión el signspiel, abriendo ya del todo el camino que décadas más tarde culminaría Wagner. En el dramatismo logrado en conjunto por Beethoven en su única ópera al parecer tiene notable influencia un compositor italiano, Luigi Cherubini, el autor de la fundamental Medea, pues Beethoven escribió en los márgenes de la partitura de Fidelio algunos pasajes enteros de composiciones del italiano.
En una ópera de extraordinaria belleza —como toda su música— y en dos actos, Beethoven nos presenta tanto un argumento a la lealtad o a la fidelidad como también a la libertad. ¡Disfruten!
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