«Kullervo» opus 7 para soprano, barítono, coro masculino y orquesta es una composición original de Jean Sibelius que desde su composición se definió como una sinfonía, aunque a veces se le ha considerado un conjunto de poemas sinfónicos, debido al carácter programático que posee. Escuchando esta obra podemos percibir que ciertamente estamos situados ante una sinfonía programática y dramática, como «Romeo y Julieta» de Berlioz, aunque al adoptar esta forma nuestro autor fue bastante revolucionario —porque incluso el vanguardista Mahler no había escrito aún sus sinfonías con voz humana—.
Cuando Jean Sibelius concibió esta pieza fronteriza con muchos géneros y formas musicales en 1892, tenía 26 años. No sabía bien qué iba a ser, cuál sería su cometido en la historia de la música. Por eso, dentro de esta sinfonía coral, o suite, o poema sinfónico –a ver quién se atreve a encuadrarlo en una forma concreta- luchan diversos polluelos musicales por salir del cascarón. Y asoman con fuerza genéticas que tienen que ver con Wagner, Bruckner, Liszt y Mahler, pero también con Brahms o Beethoven… Corrientes en su día, a menudo, irreconciliables que Sibelius sienta a dialogar.
Calificada, pues, como «sinfonía coral» o no se qué más, esta composición del genio musical del finlandés Sibelius, no usa la estructura tradicional de las sinfonías y sus cinco movimientos constituyen un conjunto de poemas sinfónicos relacionados pero independientes entre sí. El tercer y quinto movimiento emplean un coro masculino. El tercero, que contó con el permiso del compositor para ser interpretado como una obra independiente, también requiere dos solistas: un barítono y una mezzosoprano.
La obra, que es por demás decir que es sensacional, se basa en el personaje de Kullervo del poema épico Kalevala y emplea textos de dicho poema. Se estrenó con gran éxito de crítica en 28 de abril de 18922 bajo la batuta del compositor. Kullervo fue interpretado cuatro veces más en vida del compositor, la última tuvo lugar el 12 de marzo de 1893. Sibelius se negó durante toda su vida a publicar la obra. En 1957, el año de su muerte, tras haber reorquestado la sección del lamento final del tercer movimiento, dio permiso para que se publicara después de su muerte.
Disfruten de esta bellísima obra:
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