Cápsula Bíblica 2682

Al hablar sobre los escritores inspirados por Dios para poner por escrito la Palabra de Dios, los autores cristianos del siglo II comparan al autor humano con un instrumento musical tocado o pulsado por Dios. Desde tiempos de San Ambrosio y San Agustín, en el siglo IV, se considera a Dios como autor de la Sagrada Escritura. Santo Tomas, en el siglo XIII, recalca que Dios es autor principal, y el escritor humano es un autor instrumental. El Papa León XIII, siguiendo a Santo Tomás afirmó que «el Espíritu Santo se ha servido de hombres como instrumentos, para escribir. Cincuenta años más tarde, el Papa PíoXII enseñaría lo mismo en la encíclica «Divino afflante Spiritu». El Vaticano II habla de verdaderos autores, pero no emplea el vocablo instrumento, sin negar por ello, sino admitiendo, que los autores humanos están subordinados a la acción de Dios.