Hace unos días, vagando por entre las librerías de la calle donceles, donde entre los libros usados he encontrado, como buen bibliófilo, muchos tesoros literarios, y libros que usan palabras tan desconocidas como ésta que leí en uno de ellos: «Hipopotomonstrosesquipedaliofobia:», que es la palabra que describe el miedo a toparse con palabras largas, me tropecé con un viejo libro de Marco Antonio Almazan, conocido como el filósofo de la alegría y a quien leí por primera vez allá por los años setentas y que se titula «Claroscuro».
Pues esta semana es mi recomendación, cuestión que implica echarse un clavado a esas librerías a las que hay que entrar con tapabocas por el alto grado de humedad que conservan los libros viejos pues no creo que lo sigan editando. El libro, con el más puro estilo de este escritor mexicano que destila un humor inigualable y del que ya he hablado en otras ocasiones, está conformado por una serie de historias cortas que retratan un poco de la vida mexicana de aquellos años.
Al estar leyendo estas líneas de este escritor y diplomático mexicano que trabajó en destinos como las Naciones Unidas, Londres, Inglaterra, Beirut y España, en las que narra situaciones más que cómicas, me di cuenta de que ya no me coso al primer hervor pero, identificado con aquello de hace casi 40 años, gocé con diversos relatos que retratan nuestra idiosincracia azteca y mestiza tan particular.
Sin duda alguna, Marco A. Almazán fue un genio. Su sabiduría, unida a la sencillez y observación sociológica, lo llevó a escribir memorables relatos cortos cargados de un humor sensacional y sarcástico, en los que la risa no es otra cosa que la comprobación de que lo ahí escrito es cierto. ¡Ojalá las generaciones jóvenes lo leyeran en PDF o ePub. Si alguien tiene alguna información sobre donde conseguir (en cualquier formato) su obra, por favor avísenme.
Marco A. Almazán,
"Claroscuro",
Ed. Jus,
México 1975,
279 páginas.
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