miércoles, 13 de marzo de 2019

Cápsula Bíblica 2927

Los cristianos afirmamos que Dios nos habla, que se comunica con nosotros, que entra en comunión con sus hijos e hijas. Pero es común en mucha gente pensar —sobre todo así piensan los hermanos separados— que Dios hace todo eso sólo a través de la Biblia. Esto no es del todo cierto, pues sería limitar el amor de Dios. En efecto, antes de que se escribiera la Biblia, Dios habló a las personas a través de la misma vida. Si nos preguntamos dónde escucharon Abrahán o Moisés la Palabra de Dios, si no tenían aún la Biblia, la respuesta es evidente: en la vida, en la oración, en la relación íntima con él. Leer, estudiar y meditar la Biblia no quiere decir dejar de orar con todas las enseñanzas que el magisterio y la tradición nos dan. La Biblia forma parte de la manera en que Dios nos manifiesta su amor, su escucha y su compañía.

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