La crisis religiosa que vivimos desde hace ya algunos años es una crisis de valores, de credibilidad, de instituciones, de fe, de sentido de la vida y marca el peso del dolor del hombre. Ahondando en cada uno de esos problemas, del concepto de Dios que subyace a todos ellos y que da origen a esas manifestaciones diversas de una misma inquietud vital, Carlos G. Vallés nos ofrece este libro que lleva ya muchas ediciones.
¿Quién y qué es ese Dios que pide esos valores, esas instituciones, esas costumbres, esos sacrificios, o deja de pedirlos? Toda una generación de creyentes ha aprendido un concepto legítimo pero a veces muy limitado de Dios —porque todos los conceptos humanos de Dios son limitados—; se encuentran, por educación o por carácter, sin posibilidad de alternativa o voluntad de ampliación en su rígida catequesis y, al encontrar situaciones en la vida que no encajan con ese concepto, dejan el concepto y dejan a Dios. Es decir, dejan al Dios que conocían.
La imagen que nos formamos de Dios es la que nos acompaña toda la vida. Nos da consuelo y fortaleza cuanto más se acerca a lo que es Dios en sí, y nos causa a veces angustias cuando enturbiamos esa imagen con prejuicios humanos. Según avanzamos en la vida, estamos llamados a avanzar también en nuestro entender a Dios. Los hinduistas en la India tienen la costumbre de hacer imágenes de barro de la divinidad, y llevarlas disolverse en las aguas del mar con toda reverencia en un festival anual, mientras preparan una nueva imagen para el año siguiente. Lo hacen para recordarnos que nuestra mente finita no abarca del todo al Dios infinito, y hacemos bien en dejar que crezca su imagen en nosotros. Nos hace bien saber "dejar a Dios ser Dios".
Si nos esforzamos por conocer mejor a Dios, no lo dejaremos ir de nuestras vidas. Hay que ampliar la catequesis, hay que abrirle ventanas al alma, hay que «dejar a Dios ser Dios». La mejor manera de contrarrestar el ateísmo —misión de misiones en el globalizado mundo de hoy (y quizá de siempre)— es entender mejor a Dios. Nada menos que esa es la ambición quijotesca de este libro que presenta este conocido autor.
Carlos G. Vallés,
"Dejar a Dios ser Dios",
Ed. Sal Terrae,
192 páginas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario