jueves, 2 de enero de 2014

Cápsula Bíblica 1052

No podemos separar a Jesús de su Palabra, la Biblia, ni tampoco separar sus palabras escritas de Él, la Palabra Viviente, el Pan de Vida. En las Escrituras encontramos la verdad acerca de Jesús quien viene a salvarnos y se ha quedado en la Eucaristía para ser el centro y el sostén de nuestras vidas. De hecho el apóstol Juan hace énfasis de esto en su primer capítulo de su evangelio. “Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1,14). Por lo tanto, si queremos conocer a Dios, tenemos que observar a Jesús y recibirlo en la mesa de su Palabra y de su Eucaristía. Entonces encontraremos que la Palabra de Dios se reveló en la vida de Jesús. No es extraño entonces que Juan llamase a Jesús la Palabra (o Verbo).

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