martes, 21 de enero de 2014

Cápsula Bíblica 1071

En la primera carta de san Juan, en el terreno de la moral, hay algo interesante y escrito para ayudar a no caer en la herejía del gnosticismo. El gnóstico se consideraba en posesión de un conocimiento (gnosis) superior de Dios y por encima de la materia; según esto, el pecado, que se desarrolla en el terreno de la materia, no tendría nada que ver con ellos que eran «espirituales»; en consecuencia, se consideraban sin pecado y despreocupados de las exigencias de la justicia y de la caridad (4, 20). Vale la pena leer detenidamente esta carta.

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