domingo, 2 de febrero de 2014

Cápsula Bíblica 1083

Cuando un grupo, una comunidad o una familia, están encerrados en sí mismos, es posible que la solución de sus problemas tenga que venir de fuera. Cuando en la Biblia leemos los libros referentes a los profetas, podemos darnos cuenta de lo importante que esto es. Dios envía muchas veces personas ajenas al conflicto para dar una luz nueva y ayudar a encontrar una respuesta. Hay que recordar que, como todos somos profetas desde nuestro bautismo... ¡Vale la pena entregarse  Dios para ser mediador de su amor para los demás!

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