lunes, 11 de agosto de 2014

Cápsula Bíblica 1271

Sabemos que en nuestra religión están prohibida toda clase de supercherías (creencias falsas y supersticiones. En el Antiguo Testamento se habla varias veces de los Agoreros, que eran individuos supersticiosos que pronosticaban calamidades, que clasificaban los días en buenos y malos mediante la observación de los astros, al igual que los romanos con sus días fastos (venturosos) y nefastos (aciagos). Algunos se sentían profetas, pero éstas y otras supercherías están condenadas en las Sagradas Escrituras, basta ver Lv 19, 26; Dt 18, 10-14; 2 R 21, 6; 2 Cro 33, 6; Mi 5, 11-12; Ga 4, 10. No hay que confiar nunca el presente y el futuro a nadie, sino solamente a Dios. 

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