sábado, 30 de agosto de 2014

Cápsula Bíblica 1288

La Biblia le da el nombre de «Oráculo» a los mensajes de Dios transmitidos por los profetas. En el libro de Isaías —por poner un ejemplo (Is 14,21-27)— el profeta denuncia los países vecinos, Egipto, Asiria, Filistea, Babilonia, Moab y Edom, con oráculos contra las naciones, que muestran el dolor de Israel y sus deseos de desquitarse de la opresión. Al leerlos, recuerda que Dios se reveló poco a poco e instruyó gradualmente a Israel sobre sus criterios. Sabía que sólo así podría comprender su grandeza, descubrir el valor de sus enseñanzas y prepararse a acoger a Jesús, quien nos muestra plenamente al Padre, su amor y su misericordia.

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