domingo, 3 de agosto de 2014

«TROKA»... Silvestre Revueltas en una suite con rondas infantiles

En los años treintas, en concreto en 1934, el estridentista mexicano Germán Liszt Arzubide, creó un personaje de ficción llamado "Troka el poderoso", una especie de androide que simbolizaba los logros tecnológicos de aquella época: El personaje está armado con un pie de locomotora y otro de tractor, sus manos son llaves para tuercas, se comunica a través de ondas hertzianas y utiliza un sombrero de pozo petrolero. Sus ojos son como dos faros que iluminan el camino hacia la modernidad y a veces empuña una bombilla eléctrica como estandarte que devuelve a su oscuro origen a la superstición y la ignorancia en forma de murciélagos y gatos negros.

Las aventuras de Troka el poderoso eran transmitidas en un programa de radio destinado al público infantil, y difundidas a través de las publicaciones periódicas ilustradas por Salvador Pruneda y Julio Prieto. Fue tal el éxito del androide, que Silvestre Revueltas compuso la Suite «TROKA», danza pantomima para niños, que es la obra que ahora les invito a escuchar.

Lo juguetón, lo lúdico, lo político, lo abstracto, lo contemporáneo, lo irreverente se mezcla a lo largo de esta creación de Revueltas, hablando mucho de su desprendimiento de la moda que le ganó incluso acríticas y fue acusado un poco de aficionado, de autodidacta, ante una presunta falta de un estilo o sello. Pero como a a Revueltas no le preocupaba venderse, gozó con esta y otras composiciones muy a su estilo.

La música de Revueltas ha despertado desde unos 50 años después de su muerte, un gran interés musicológico internacional. Las diferentes investigaciones están perfilando a un compositor cuya importancia lo coloca dentro de los creadores más originales de la música del siglo XX. Incluso Peter Garland, uno de sus principales estudiosos, lo considera el mejor compositor surgido en Latinoamérica. 

No hay casi grabaciones de este pieza, no hay tampoco explicaciones, es simplemente una obra de estas que se quedan en el olvido pero que vale la pena escuchar y sentir.La única versión que he encontrado para compartir, es esta con Enrique Arturo Diemecke, que por cierto, suena sensacional. 

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