domingo, 2 de noviembre de 2014

Cápsula Bíblica 1353

Seducidos por la serpiente a intentar ser como dioses, Adán y Eva «sufrieron la muerte». Sí, ellos escogieron libremente y como Dios, ejercieron el libre albedrío que habían recibido de Él. Pero su libertad mal vivida solamente les llevó a la esclavitud. Sus ojos se abrieron, y descubrieron su desnudez y sintieron vergüenza. Sabemos que Satanás tiene «el poder de la muerte» (cfr. Hb 2:14-15). Adán y Eva deberían haber escuchado a Dios, cuya advertencia suena como las palabras de Jesús: «No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien al que puede perecer alma y cuerpo en el infierno» (Mt 10:28).

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