miércoles, 26 de noviembre de 2014

Cápsula Bíblica 1377

El pueblo de Israel –según nos narra la Biblia– fue maltratado y hasta vencido por varios pueblos a lo largo de su historia. Pero una nación se convirtió para Israel en símbolo de maldad, porque no sólo agredió al pueblo, sino que le quitó lo que consideraba más sagrado: la ciudad santa de Jerusalén y el Templo. Esta nación fue Babilonia. Por eso, Babilonia en la Biblia, se convirtió en símbolo de fuerza del mal, en opresora, en enemigo. A nuestro pueblo cristiano también muchas «Babilonias» modernas le quieren arrebatar lo más preciado. Luchemos con oración y sacrificio y no dejemos que esta guerra del mal arrebate lo que Dios nos ha dado: La presencia real de Jesús en la Eucaristía, el amor a María, la devoción a los santos para imitarlos, la unidad en torno al Papa... ¡hay mucho qué defender!

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