domingo, 1 de mayo de 2016

«CAMINO DE PERFECCIÓN»... Una joya de Santa Teresa de Ávila

Este Domingo quiero hablar de un libro que es una joya de espiritualidad formalmente dirigido a las monjas del monasterio de San José de Ávila, pero que su autora, la ínclita Doctora de la Iglesia, santa Teresa de Ávila, quien consciente o inconscientemente, acaba dirigiendo la obra a toda congregación religiosa e incluso a seglares, dado que el momento de reformas y cismas que se vivían en aquel tiempo, le hacen querer extender sus consejos a todos los cristianos.

Se trata de «CAMINO DE PERFECCIÓN», Un libro que la santa española escribe con pasión y se erige, aun sin pretenderlo, en una verdadera profeta de la oración. «CAMINO DE PERFECCIÓN» es la primera de las obras de santa Teresa que vio la luz, en Évora en 1583. La obra, en cuanto «camino de oración» y «perfección» es válida tanto para la vida monástica como para cualquier cristiano, algo que incluso la santa confirma cuando escribe acerca de cómo el Señor convida a todos a la fuente.

La obra es una invitación a profundizar en la relación de amistad con Dios, especialmente por el inefable camino de la oración. Inicialmente sobresalen en el libro los tres grandes consejos dirigidos a sus hermanas: amor fraterno, desapego de lo creado y humildad. Así lo dice la santa: “no penséis, amigas y hermanas mías, que serán muchas las cosas que os encargaré… Solo tres me extenderé en declarar, que son de la misma constitución, porque importa mucho entendamos lo muy mucho que nos va en guardarlas para tener la paz que tanto nos encomendó el Señor, interior y exteriormente: la una es amor unas con otras; otra, desasimiento de todo lo criado; la otra, verdadera humildad, que aunque la digo a la postre, es la principal y las abraza a todas” (Cap. 4, n. 4).

En su introducción, la santa dice verse importunada para escribirlo, por obediencia. Luego de desarrollar estas tres virtudes que Teresa quiere que vivan las religiosas del nuevo convento, se detiene a dar unos preciosos consejos de oración, con un estilo que deja ver que “habla más su corazón de lo que por experiencia siente, que su entendimiento de lo que por ciencia o lección o buen discurso sabe”. La parte final del libro está dedicada al Padre Nuestro, y la santa nos ofrece una aguda y profunda reflexión sobre esta oración que encierra «gran consolación». Teresa dice en estas páginas a sus hermanas: “mirad, hermanas, cómo el Señor me ha quitado de trabajo enseñando a vosotras y a mí el camino que comencé a deciros, dándome a entender lo mucho que pedimos cuando decimos esta oración evangelica. Sea bendito por siempre, que es cierto que jamás vino a mi pensamiento que había tan grandes secretos en ella, que ya habéis visto encierra en sí todo el camino espiritual, desde el principio hasta engolfar Dios el alma y darla abundosamente a beber la fuente de agua viva que dije estaba al fin del camino” (Cap. 42, n. 5).

«CAMINO DE PERFECCIÓN» es, pues, una obra que nos adentra en la obra de Teresa como si fuéramos discípulos suyos. Todo consagrado y también todo cristiano que quiera avanzar en el camino de oración y unión con Dios puede encontrar en esta obra una propuesta pedagógica que conserva toda su actualidad y que nos invita a “darnos del todo al Criador y poner nuestra voluntad en la suya y desasirnos…” (Cap. 32, n. 9).

La santa escribe esta obra dos veces y se conservan los dos autógrafos, conocidos como el autógrafo de El Escorial y el de Valladolid, por el lugar donde se conservan, pues ambos fueron escritos en San José de Ávila en 1566 y 1567. La primera redacción (El Escorial) es más espontánea y libre, con muchas expresiones familiares, al pensar la autora que no saldría de su monasterio. La segunda (Valladolid) ya parece pensada para su publicación y es más completa, aumentada y corregida. Como con otros de sus libros (Vida o Fundaciones) no pone un título inicialmente, ni se publica hasta después de su muerte. «CAMINO DE PERFECCIÓN» es el primero en publicarse, un año después de su muerte en 1583.



Teresa de Ávila,
"Camino de perfección",
Ed. San Pablo,
256 páginas.

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