lunes, 2 de mayo de 2016

Cápsula Bíblica 1898

En el camino de la Historia de la Salvación, hay, en el Antiguo Testamento, tres personajes que son imprescindibles para captar la forma en que Dios elige a su pueblo: Abraham, llamado por Dios para ser el canal de bendición al mundo. Dios prometió bendecir a Abraham, y a todo el mundo por medio de Abraham. Jesucristo es descendiente de Abraham; Moisés (la Ley de Dios) – Dios estableció las leyes del Antiguo Pacto por medio de Moisés. Moisés mismo profetizó que el Mesías (Jesucristo) sería levantado como él, y que el pueblo tenía que hacer su voluntad como Él hace la de su Padre (Hechos 3,22; 7,37); David (un Rey eterno) – Dios le prometió al rey David que uno de sus descendientes sería el Rey Eterno (2Samuel 7,12-16). Jesucristo es el cumplimiento de esta promesa (Hechos 2,30; 15,16).

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